18/5/06

El testamento de un bromista





Jules Vallès
. El testamento de un bromista.
Traducción de Luis Eduardo Rivera.
Periférica. Cáceres, 2006.

Construido como una sucesión de viñetas, este Testamento de un bromista que publica por primera vez en español Periférica con una traducción de Luis Eduardo Rivera, es un peculiar diario que se inicia en 1838 cuando el bromista tiene, como Jules Vallès (1832-1885), seis años.

Estos apuntes autobiográficos, estas escenas rápidas y vivas, estos bocetos de una niñez maltratada sirvieron de base para la redacción de El niño, la primera novela de la trilogía autobiográfica Jacques Vingtras, que completan El bachiller y El insurrecto y que admiraron lectores tan dispares como Zola, Camus o Jorge Semprún.

El testamento de un bromista se publicó en 1869, un par de años antes de la Comuna de París de 1871 y es en gran medida una explicación de sus causas y de la experiencia de Vallès como víctima de una sociedad injusta y arbitraria. Con una educación degradante y cruel que le preparaba para ser mendigo, criado o asesino, el personaje acaba siendo un revolucionario. La fuerza de esos cuadros que articulan el relato es la que procede de lo vivido, de lo sufrido, porque este es un texto amargo y escrito en unos tonos negros apenas suavizados por algún leve toque de humor distante.

Cuando La Pléiade publicó la obra de Vallès no incluyó este texto, por el que su autor sintió el aprecio que se tiene ante lo germinal, ante lo que finalmente cumplió la misión imprescindible del borrador o del acopio de materiales que acaban integrándose en un proyecto más amplio.

Este es su brillante antecedente.

Santos Domínguez