28/8/07

Sol y sombra de Manolete


Fernando González Viñas.
Sol y sombra de Manolete.
Editorial Berenice. Córdoba, 2007.


Hoy se cumplen sesenta años de la muerte del mito en la plaza de Linares. Para conmemorarlo, el sello de bolsillo de Berenice, books4pocket, publica este acercamiento riguroso a la figura compleja de Manolete. Con abundante documentación gráfica, periodística y literaria, Fernando González Viñas se acerca a la época y al mito; al hombre en los ruedos y fuera de ellos; a la repercusión en el arte de quien fue, más que un torero, una de las imágenes de la posguerra, uno de sus símbolos y un juguete roto:

La sociedad de la posguerra encuentra en Manolete la encarnación de su propio espíritu. Manolete es su espejo, su persona y su manera de interpretar el toreo. La tarde en la que el toro de Miura rompe el espejo en mil pedazos acaba también de algún modo la posguerra, porque aquella sociedad estaba ya cansada del recuerdo de la guerra y de las penurias de los años inmediatos.

Desgarrado entre su imagen pública y su vida privada, entre su imagen y su intimidad, entre lo que representaba como símbolo de la España franquista y sus relaciones con el exilio en Méjico, entre una madre absorbente y dominante y el amor de una mujer liberada, hubo en las circunstancias de su muerte algo de rito sacrificial, de muerte que consagra al héroe definitivamente desde aquel 28 de agosto de 1947.

Organizado en dos partes, El mito y El hombre, esta nueva aportación a una ya abundantísima bibliografía tiene tanto de síntesis como de esfuerzo interpretativo desde el primer capítulo, que comienza en 1947 con un Manolete cuestionado por el público y parte de la crítica y con ganas de retirarse, amargado y agotado físicamente. Hubo quienes lo vieron muerto mucho antes de la feria de Linares. Luego vino el remordimiento de sus detractores y el arrepentimiento colectivo.

La adecuada situación de su figura sobre el telón de fondo de su época coloca al hombre en su contexto y permite entender su significado en la España de la posguerra, su problemática vinculación con el franquismo o con el exilio mejicano.

Igual que este libro, Sol y sombra de Manolete, se iba a titular la película que Abel Gance, el director de Napoleon, había empezado a rodar sobre el torero. No fue el único acercamiento del arte a su figura. Muchas de las páginas de este libro analizan el tratamiento de Manolete en la pintura, la escultura, la poesía o el ingente material cinematográfico y documental que generó su tauromaquia y su muerte. Por no hablar de una bibliografía tan desmesurada que sólo en los meses finales de 1947 alcanza los treinta libros.

Es este un trabajo que aúna documentación y coherencia interpretativa para acercarse a la complejidad de la figura de un Manolete sometido a la presión de quienes le rodeaban y lo acabaron convirtiendo en un juguete roto, en un monstruo en su laberinto. Lo taurino, lo social y lo íntimo se dan cita en este intenso y bien escrito ensayo de González Viñas para dar la medida exacta del mito y del hombre.

A los dos los fundió Islero aquella tarde en la muerte del torero. Una muerte quién sabe si buscada como única vía de escape de una situación que se le había hecho insostenible en las plazas de toros y fuera de ellas.

Santos Domínguez