12/1/08

Alada claridad



Yosa Buson.
Alada claridad.
Traducción y prólogo de Alberto Silva.
Pre-Textos. Valencia, 2007.

En su bellísima colección El pájaro solitario, ligada en su título y en la viñeta que la identifica a Ramón Gaya, Pre-Textos publica Alada claridad, una colección de cincuenta haikus sobre vuelos diversos. Los escribió en el siglo XVIII el japonés Yosa Buson, poeta y pintor de Osaka, perito en pájaros y hombre de haikus.

Sus conocimientos ornitológicos, su ciencia pajarera son el resultado de una mirada experta y un oído afinado en sus vagabundeos por los paisajes costeros o boscosos de la isla de Honshu. Un cazador de vuelos, cantos y momentos fugaces llenos de revelaciones. Para ese tipo de acechos, ningún género mejor que el haiku.


Un arte de pájaros traducido por Alberto Silva, que explica en el prólogo que el asunto del arte es volar. Y a eso aspira Yosa Buson, cazador de fugas y dibujante de pájaros y flores. Antes que su palabra, su mirada, educada en la observación de la naturaleza y en la reflexión, está en el origen de estos textos que tejen una red momentánea para apresar el vuelo y para expresar la fuga de un pájaro que es símbolo del tiempo y de la transcendencia, para explicar la condición fugaz del canto y del vuelo, del pájaro y del hombre.

La mirada de Buson que se proyecta simultánea hacia fuera y hacia dentro, humaniza a las aves para ver en ellas un símbolo de una común condición aérea. Golondrinas y cigüeñas, cormoranes y chorlitos, faisanes y pichones, vuelan o cantan en estos haikus en los que la vista y el oído convocan al gallo y a la grulla, a las garzas y al pájaro carpintero, con agua y con árboles:

El primer trino
del ruiseñor parece
caerse de una rama.

Al final del libro, un catálogo descriptivo de los seres alados de Yosa Buson, elaborado por Alberto Silva, establece un repertorio de formas y sustancias, de costumbres y señales aladas.

Santos Domínguez