2/3/08

Poesía y música


Diez poetas, diez músicos.
Ilia Galán (ed.)
Calambur Poesía. Madrid, 2008.


En un reciente libro-disco, coordinado por Ilia Galán, Calambur reúne la palabra de diez poetas y la armonía de diez compositores actuales que pusieron música a diez de sus textos.

Interpretadas en el CD Diez autores con diez obras (Fundación Autor) por Raquel Lojendio (soprano), Alfredo García (barítono) y Jorge Robaina (piano), las partituras de Tomás Marco, Ramón Barce o Claudio Prieto han tomado como punto de partida poemas de María Victoria Atencia, Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Gamoneda, Félix Grande o Clara Janés.

Los poetas seleccionaron de entre su obra aquellos textos que por su levedad, su tono o su estructura ofrecían más posibilidades como eje de una partitura.

Con esa base, cada uno de los compositores le ha puesto música a un poema, pero el libro va más allá de las diez pistas del disco y ofrece una selección de textos de los diez poetas.

Se trata de una iniciativa que pretende el reencuentro de dos actividades artísticas que nacieron juntas para irse separando progresivamente desde que la imprenta y el libro empezaron a favorecer la recepción solitaria y callada, no oral ni memorística, de la poesía.

Unidas poesía y música en Homero y en los orígenes de la lírica, en el Cancionero de Palacio y en el Romanticismo alemán que aunaba a Goethe o a Schiller con Beethoven y daba sus mejores frutos en las óperas de Wagner, la famosa definición de Verlaine (la poesía como música con palabras) era también una declaración autosuficiente de independencia.

Este proyecto de integración que se ha hecho realidad en las diez composiciones del álbum mira hacia atrás, toma como referencia la colaboración de músicos y poetas en el 27, y tiene voluntad de futuro. Es sólo el primer paso de un recorrido que requiere continuidad y talento en la aproximación de las dos artes.

El primer resultado es este CD de palabras con música o de música con palabras.

Santos Domínguez