30/6/08

Equipaje de vacaciones. Viajes


Paul Theroux.
En el gallo de hierro.
Traducción de Margarita Cavándoli.
Punto de lectura. Madrid, 2008.


La inmensidad de China te maravilla. Más que un simple país, parece todo un mundo. Paul Theroux (Massachussets, 1941) siente una predilección especial por los viajes en tren. A ellos dedicó El gran bazar del ferrocarril o El viejo expreso de la Patagonia. De la intensa experiencia viajera en los ferrocarriles chinos surge este espléndido En el gallo de hierro, un recorrido por la China posmaoísta que acaba de publicar en bolsillo Punto de lectura. Theroux es uno de los mejores escritores contemporáneos de narrativa de viajes. Y este, que cumple ahora veinte años, es para muchos su mejor libro.




Marq de Villiers y Sheila Hirtle.
Tombuctú.
Viaje a la ciudad del oro.

Traducción de Beatriz Iglesias.
Península. Barcelona, 2008.


Un viaje mítico a uno de los topónimos del sueño y la aventura. Tombuctú, la capital de los nómadas del desierto del Sahara, fue cruce de caminos, espacio de negocios, capital de la sabiduría y las discusiones teológicas, eje de las rutas comerciales del oro de Ghana, de la sal del sur del Sahara y del tráfico de esclavos. Marq de Villiers y Sheila Hirtle hacen en este libro un recorrido geográfico e histórico por el esplendor y la decadencia de una de las más bellas ciudades del mundo, una metáfora más que un lugar.


Marco Polo.
Libro de las maravillas del mundo.
Edición de Manuel Carrera Díaz.
Cátedra. Letras universales. Madrid, 2008.

La Biblia de la literatura de viajes. El libro de las maravillas del mundo, que Marco Polo dictó a finales del siglo XIII a Rustichello da Pisa, mantiene hoy una fuerza que lo pone más cerca de un relato de literatura fantástica que de la descripción geográfica del mundo. Aquel veneciano intrépido no los sabía, pero inauguraba un género, el relato de viajes, que estaba más cerca de la literatura fantástica que del tratado de geografía o de antropología. Sin este modelo, Italo Calvino no hubiera podido construir esa minuciosa cartografía del sueño que tituló Las ciudades invisibles.


Santos Domínguez

29/6/08

Equipaje de vacaciones. Ensayo


Luis García Montero.
Inquietudes bárbaras.
Anagrama. Barcelona, 2008.

Frente a la barbarie iletrada del neoconservadurismo, una reivindicación de la ética de la palabra, de la función civil de la poesía contra la doble corrosión del lenguaje y el olvido. La enseñanza pública y la educación para la ciudadanía, la defensa de los valores éticos de la Segunda República o la dedicación a la poesía son algunos de los temas de una colección de ensayos en los que García Montero rinde homenaje a una memoria histórica fijada por la poesía, por la conciencia crítica y por el sentido testimonial de la literatura. La ética del escritor como ciudadano.




Patricia Mayayo.
Frida Kahlo.
Contra el mito.

Cátedra. Madrid, 2008.


Un acercamiento riguroso a la dimensión artística de Frida Kahlo, oscurecida a menudo por la leyenda y la biografía. Profusamente ilustrado, este ensayo acomete el estudio de su pintura con un enfoque que sin negar su naturaleza autobiográfica, la sitúa en una dimensión ideológica e histórica con la que se reivindica su conciencia artística, su estética de la vida cotidiana, la construcción de su propia identidad y de sus máscaras.




Vicente Fernández González.
La traducción, de la A a la Z.
Berenice. Córdoba, 2008.

Un inusual glosario sobre la traducción literaria, elaborado por un experto que aborda las múltiples dimensiones de esta disciplina, desde lo sociocultural a lo creativo o la política. Irónico, riguroso, sorprendente y múltiple, un libro que va de la A de animal (político) a la Z de Zanco Panco. En medio, en la O, la traducción griega de los orfelunios (Rayuela, 68), la P de perplejidad o la Ñ de Eñe, el tuétano intraducible de nuestra lengua española.


Esteve Riambau.
Francis Ford Coppola.
Cátedra. Madrid, 2008.


Esteve Riambau hace en este ensayo que publica Cátedra Signo e Imagen en su serie Cineastas un análisis de la trayectoria creativa, extensa, intensa y renovadora, de Francis Ford Coppola. El padrino, Apocalypse Now, Cotton Club, Drácula de Bram Stoker o la reciente Youth without Youth, dan cuenta de una obra variadísima, con un denominador común: una calidad que le ha situado entre los directores fundamentales de la historia del cine.

Francisco García Jurado.
Marcel Schwob. Antiguos imaginarios.
Biblioteca ELR Ediciones. Madrid, 2008.

Entre la recreación y la invención, Marcel Schwob fue un hacedor de vidas imaginarias, el fundador de un imaginario simbólico de la Antigüedad a través de una representación de sus poetas que perdura en la estética moderna. De la mano sabia de Francisco García Jurado, lector inteligente y apasionado, miembro de número de una de esas pequeñas sociedades secretas a las que perteneció también Borges, este libro es un recorrido por el París de Schwob, por sus textos memorables y por sus afinidades con la pintura de Gustave Moreau y la poesía de Browning, otro inventor de voces y de vidas.



Andrés Sánchez Robayna.
Deseo, imagen, lugar de la palabra.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
Barcelona, 2008.


Reunión de ensayos de Andrés Sánchez Robayna, con un vínculo de referencia: el esfuerzo por construir y explicar el pensamiento poético del autor. Un examen interpretativo que se proyecta sobre el sentido de la modernidad literaria y artística. De Mallarmé a Celan, de Juan Ramón a Valente, una reivindicación de la unidad de las artes y un conjunto coherente de textos sobre la materia poética y la materia plástica que culminan en la tercera parte del volumen con las reflexiones del autor sobre su propia poética.



François Jullien
La gran imagen no tiene forma.
Traducción de Albert Galvany.
Alpha Decay. Barcelona, 2008.

Literatura, crítica, pintura, ciencia y filosofía se dan cita en este libro de François Jullien que busca, como los Letrados chinos, el fondo insondable de las cosas a través de la forma. Análisis comparado de las distintas formas de representación del mundo y de conocimiento de la realidad en un diálogo de tradiciones y artes. Entre la poesía y la pintura, entre lo oriental y lo occidental, un ensayo de des-ontología, una propuesta para repensar el mundo como realidad y como representación simbólica. El espíritu del paisaje, la mirada y el recogimiento y una pregunta a cuya respuesta se dedica uno de los mejores capítulos del libro: ¿Qué escribe la pintura?


Santos Domínguez

28/6/08

Equipaje de vacaciones. Bolsillo



William Faulkner.
Mientras agonizo.
Traducción de Jesús Zulaika.
Compactos Anagrama. Barcelona, 2008.

Mientras agonizo, la mujer de los ojos de perro no me cierra los ojos, decía Agamenón en La Odisea. La que posiblemente sea la mejor novela de Faulkner, en la versión definitiva que se fijó en 1985, a partir de las galeradas originales, el manuscrito autógrafo y la copia mecanografiada por el propio autor. Los monólogos interiores de la familia Bundren en peregrinación por el profundo Sur con el cadáver de la madre. El padre, los hijos y la madre muerta hablan de la culpa y el castigo, el presente de la decadencia y el pasado que los atormenta. Mi madre es un pez, dice Vardaman en una frase que constituye, ella sola, un monólogo.




Stendhal.
Los Cenci
y otras crónicas italianas.
Traducción de Silvia Acierno
y Julio Baquero Cruz.
Introducción de Francisco Rico.
Impedimenta. Madrid, 2008.


Tres de las Crónicas italianas —Los Cenci, La duquesa de Palliano y Vittoria Accoramboni—, en una nueva traducción y con un prólogo de Francisco Rico sobre estas crónicas de la emoción ambientadas en una Italia renacentista en la que conviven refinamiento y depravación. La reelaboración novelística de unas crónicas de sucesos le permiten a Stendhal, entre la documentación y la imaginación, mostrar las múltiples aristas de la realidad. Una realidad poliédrica presentada desde el punto de vista escindido y complejo de un escritor en el que culminará la modernidad.



Sören Kierkegaard.
Diario de un seductor.
Introducción de Jorge del Palacio.
Traducción de Demetrio Gutiérrez.

Alianza Editorial. Madrid, 2008.

Es la obra más famosa de Kierkegaard, la de una más acusada tonalidad poética. A medio camino entre el diario y la novela epistolar, el Diario de un seductor se centra en la relación entre Cordelia y un Don Juan. Con un fondo autobiográfico que recuerda la relación del filósofo con Regine Olsen, Kierkegaard integra sus reflexiones sobre el amor en una serie de ensayos dedicados al estudio y la crítica del estadio estético del hombre estético. De esa manera, esta historia de amor y desengaño da lugar a un tratado filosófico sobre la sensualidad y los instintos.


Álvaro Mutis.
Summa de Maqroll el Gaviero.
Debolsillo. Barcelona, 2008.

La poesía reunida de Álvaro Mutis. Fabulación y viaje, batallas y otras vidas entre el amor y la muerte, entre el verso, largo o corto, y el poema en prosa. La edición en formato de bolsillo del mundo poético de Mutis es una ocasión inmejorable para acercarse a una obra complementaria del ciclo narrativo de Maqroll. Profunda e insondable como los ríos que transitó el Gaviero, alta como la gavia desde la que veía pasar los días y los trabajos, a la deriva, entre esteros funerales y nieves impasibles.



Roberto Bolaño.
El gaucho insufrible.
Compactos Anagrama. Barcelona, 2008.


Cinco cuentos de Roberto Bolaño ( Jim, El gaucho insufrible, El policía de las ratas, El viaje de Álvaro Rousselot y Dos cuentos católicos). Kafka y Borges en la Pampa. Además de los relatos, dos conferencias imprescindibles: la sobrecogedora Literatura + enfermedad = enfermedad y la sarcástica Los mitos de Cthulhu, una diatriba contra la literatura comercial: Que cualquiera pueda decir lo que quiera decir y escribir lo que quiera escribir. Estoy en contra de la censura y de la autocensura. Con una sola condición, como dijo Alceo de Mitilene: que si vas a decir lo que quieres, también vas a oír lo que no quieres.


Poesía de la primera generación de posguerra.
Edición de Santiago Fortuño Llorens.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2008.


Una completa antología de poemas de los autores más relevantes de la primera generación de la posguerra. Entre el fervor y el miedo, la poesía existencial de los años 40 y la poesía social de lo 50, Garcilaso, Espadaña, Cántico, el Postismo. Además de la amplia selección de poetas y textos, la edición que ha preparado Santiago Fortuño tiene el mérito –inusual en este tipo de antologías- de mirar más a lo individual que a lo generacional, más a las voces propias que a los vínculos comunes. Eso permite completar una muestra llena de matices personales, de búsquedas y hallazgos a través de una nómina que revela la complejidad del panorama poético de aquellos años.



Ludwig Hohl.
Escalada.
Traducción de Rosa Pilar Blanco.
Minúscula. Barcelona, 2008.

Ludwig Hohl (1904-1980) estuvo elaborando este relato durante cincuenta años, entre 1926 y 1975. Lentamente, como los dos escaladores, tan distintos, que escalan en estas páginas una cima alpina que es más que eso: una metáfora de la vida y de la muerte escrita por un autor de culto del que Minúscula anuncia ya otro libro de relatos, Sendero nocturno. Toda una revelación de hondura poética en una prosa elevada y limpia, tensa como la cordada, que la traductora no ha traicionado.

Ralph Waldo Emerson.
Hombres representativos.
Edición de Javier Alcoriza y Antonio Lastra.
Cátedra Letras Universales . Madrid, 2008.

Platón, el filósofo; Swedenborg, el místico; Montaigne, el escéptico; Shakespeare, el poeta; Napoleón, el hombre del mundo, y Goethe, el escritor. Son los Hombres representativos a los que Emerson dedicó las seis conferencias que recogió en un volumen en 1850. Fue uno de los libros más populares de su tiempo, su autor conoció varias reediciones. Esta edición contiene la vida de un séptimo hombre representativo: la del propio Emerson, contada por sus editores, Javier Alcoriza y Antonio Lastra.


Enrique Jardiel Poncela.
Novísimas aventuras de Sherlock Holmes.
Rey Lear. Madrid, 2008.

Una momia analfabeta, un anarquista incomprensible o unos asesinatos incongruentes son los temas de unos relatos en los que Jardiel suplanta a Watson. Con prólogo de Rafael Reig, Rey Lear reedita las Novísimas aventuras de Sherlock Holmes. Siete relatos y un prólogo protagonizados por el detective inglés, escritos con la prosa resplandeciente que destaca Reig, con ilustraciones de Jardiel y un sentido del humor que se mueve siempre entre la inteligencia, el absurdo y el ejercicio de estilo. Paródicas y vanguardistas, las publicó por entregas en 1928 y formaron parte luego del Libro del convaleciente.


Fred Vargas.
Que se levanten los muertos.
Traducción de Helena del Amo.
Punto de lectura. Madrid, 2008.

Punto de lectura está publicando en formato de bolsillo la producción de Fred Vargas, una de las voces más renovadoras y con más talento narrativo de la novela negra actual. Sin renunciar a la calidad técnica ni al rigor documental, sus tramas aprisionan al lector con una intriga bien trazada y unos personajes diseñados en profundidad. Ironía, observación, precisión analítica y sorpresas son algunas de las claves de su forma de mirar y de presentar la realidad. Fred Vargas puede ser una revelación para aquellos que no la tienen ya en la lista de sus adicciones. Que se levanten los muertos, con una estructura levantada sobre tres personajes, es una buena manera de entrar en ese mundo.


Santos Domínguez

27/6/08

Equipaje de verano. En primera persona


Fernando Pessoa.
Diarios.
Traducción de Juan José Álvarez Galán.
Gadir. Madrid, 2008.

Soy la sombra de mí mismo, en busca de aquello que es sombra, escribió en una anotación de 1912 el escritor poliédrico al que el siglo conoció como Fernando Pessoa. Entre el diario que comenzó un 15 de marzo de 1906 y la nota autobiográfica del 30 de marzo de 1935, los destellos cotidianos o las reflexiones sobre la vida, la literatura o las mujeres de un autor esencial del siglo XX. Confesionales y brillantes, constituyen un acercamiento al universo de Pessoa, a la vez complejo y humilde. Los edita Gadir a partir de la Prosa Intima e de Autoconhecimento que apareció el año pasado en Assírio & Alvim.


Dionisio Ridruejo.
Casi unas memorias.
Península. Barcelona, 2007


Península recupera, treinta años después de su primera aparición, Casi unas memorias, de Dionisio Ridruejo. La nueva edición, preparada por Jordi Amat, añade nuevos capítulos, los recuerdos de la infancia, inéditos hasta ahora, a un libro fundamental para conocer la trayectoria literaria y la evolución ideológica de aquel falangista de la primera hora. Memoria y testimonio de la guerra y la posguerra, de la literatura en unos años cruciales. Una lección de ética y estética, entre literatura y política, como tituló Ridruejo un libro misceláneo.



Virginia Woolf.
Momentos de vida.
Traducción de Andrés B osch.

Lumen. Barcelona, 2008.


Cinco textos autobiográficos de Virginia Woolf que se publicaron a los treinta y cinco años del suicidio de su autora. Un proyecto de memorias que complementa la biografía monumental de Quentin Bell: los recuerdos de la infancia familiar, los apuntes y evocaciones ambientales de Hyde Park Gate y Old Bloomsbury. Escenas, personajes, imágenes y tiempos que luego pasarían a sus novelas. Un acercamiento en primera persona a las claves de su mundo literario y sus experiencias privadas.



Ludwig Wittgenstein.
Diarios secretos.
Alianza Editorial. Madrid, 2008.


Los albaceas de Wittgenstein impidieron la publicación de estos Diarios secretos, que finalmente editó Wilhelm Baum, que en la introducción explica la peripecia de estos textos ocultos que publica Alianza con traducción de Andrés Sánchez Pascual. Escritos durante la primera guerra mundial, al ocultar esta parte del legado del filósofo sus administradores querían preservar las zonas oscuras del autor del Tractatus: su homosexualidad, el elitismo, sus angustias en unos diarios que compaginan lo público y lo privado, el pensamiento y la vivencia. En las páginas impares está el filósofo, en las pares -en clave-, el hombre. Además de los tres cuadernos que integran estos diarios, un largo estudio epilogal de Isidoro Reguera sitúa estos textos en su contexto biográfico y en su dimensión ideológica y denuncia, por patéticos, "los pruritos censores de los perros guardianes" del legado intelectual de Wittgenstein.



Fernando Pessoa.
Libro del desasosiego.
Traducción y edición de Ángel Crespo.
Seix Barral. Barcelona, 2008.


En 1984, dos años después de que se apareciera en Ática la primera edición portuguesa, Ángel Crespo publicaba su traducción del Libro del desasosiego de Bernardo Soares, un semiheterónimo de Fernando Pessoa ( Soy yo, menos el raciocinio y la afectividad, escribía en una carta de 1935), que desarrolla aquí su estética del desaliento. Es uno de los dietarios esenciales del siglo XX, mezcla de diario, poema en prosa y ejercicio narrativo. Un clásico contemporáneo que Seix Barral recupera en un nuevo formato, con una nota introductoria de Pilar Gómez Bedate.



Javier Marías.
Aquella mitad de mi tiempo.
Al mirar atrás.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
Barcelona, 2008.


Una amplia recopilación de los artículos más autobiográficos o evocadores de Javier Marías. Semblanzas y recuerdos que constituyen lo más parecido a unas memorias, indirectas, involuntarias y fragmentarias, como las califica Miguel Marías en el prólogo escrito para este volumen que contiene, además de ochenta artículos, dos apéndices: el Diario de Zúrich y una entrevista, inédita hasta ahora en español, para The Paris Review. La infancia, los padres, la juventud o los maestros son algunos de los ejes de este conjunto de textos retrospectivos que completan la imagen más personal de Javier Marías y su mundo.

Santos Domínguez

25/6/08

Equipaje de vacaciones. Poesía


Camilo José Cela.
Pisando la dudosa luz del día.
Linteo Poesía. Orense, 2008.


Con edición de Mª Cristina Carbonell y Adolfo Sotelo Vázquez, que se ha ocupado también de la introducción, los anexos y el álbum, Linteo recupera un libro de poesía de una enorme fuerza. Subtitulado Poemas de una adolescencia cruel y escrito en el otoño del 36, no se publicó hasta 1945, cuando Cela ya empezaba a destacar como novelista. Muy marcado por la influencia de Sobre los ángeles y de Residencia en la tierra, su tono sombrío y su potencia verbal están lejos del garcilasismo oficialista y lo hermanan con el casi simultáneo Hijos de la ira. Una recuperación imprescindible en una edición cuidadísima que incluye en anexos la obra poética anterior de CJC y cuatro reseñas que dan idea de la recepción crítica de Pisando la dudosa luz del día, un título gongorino que le sirvió a Eugenio d'Ors para hacer un chiste fácil en su Novísimo glosario: Tenga cuidado usted con lo que pisa.






Conversación con la intemperie.
Seis poetas venezolanos.

Selección y prólogo de Gustavo Guerrero.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.


Una antología sin precedentes de la poesía venezolana de las últimas décadas, una obra con la que el poeta, crítico y profesor Gustavo Guerrero traza el recorrido de la poesía venezolana, sin duda una de las más importantes en lengua española. El libro recoge una amplia selección, cien poemas de cada autor, de la obra de José Antonio Ramos Sucre, Vicente Gerbasi, Juan Sánchez Peláez, Rafael Cadenas, Guillermo Sucre y Eugenio Montejo, con los que – explica Guerrero- se puede recorrer un vasto arco de tiempo que va del último modernismo al más reciente neolirismo, pasando por el surrealismo, las diversas vanguardias y las poéticas del silencio y las revisiones y reescrituras contemporáneas de la tradición mística.



Jesús Munárriz.
Sólo amor.

Bartleby. Madrid, 2008.


Sólo amor, sólo amor, que las palabras
vibren con su emoción, que el canto sea

celebración y gozo.

Reunión de poemas de amor, celebraciones de los misterios gozosos, con diversidad de tonos y registros y un tema central en el libro y en la literatura: ¿Por qué de un solo tema escribo, siempre el mismo...?, se preguntaba Shakespeare, y la pregunta la hace suya Jesús Munárriz, que la pone como lema del libro.



Francisca Aguirre.
Nanas para dormir desperdicios.
Hiperión. Madrid, 2007.


Porque, como las cicatrices, la poesía es un recuerdo del dolor pero también una fe de vida, Francisca Aguirre reúne en este libro más de treinta nanas que cantan a media voz el misterio de los cajones, las tachaduras y las flores mustias, los libros viejos o el miedo:

Nadie sabe qué música ponerle a los desechos,
porque cada desecho es un misterio.





Pilar Paz Pasamar.
Los niños interiores.
Calambur. Madrid, 2008.

Juan Ramón elogió el primer libro de Pilar Paz Pasamar por su aspiración de totalidad y su palabra cuidada. Su libro más reciente, Los niños interiores, es a la vez síntesis y culminación de una búsqueda estética que aúna la transcendencia y lo cotidiano, el sufrimiento y la alegría, lo culto y lo popular, lo clásico y lo contemporáneo, para escuchar sin nostalgia a esos niños que fuimos y nos siguen hablando desde el fondo mismo de la memoria, de un tiempo que no pesa.

Santos Domínguez

23/6/08

Equipaje de vacaciones. Narrativa


Francisco García Pavón.
Voces en Ruidera.
Rey Lear. Madrid, 2008.


Rey Lear reedita Voces en Ruidera, la novela más cervantina de las que Francisco García Pavón escribió en torno a Manuel González, Plinio, el jefe de los municipales de Tomelloso. Ambientada en los parajes cervantinos que García Pavón mostró en La cueva de Montesinos, su recuperación es una buena oportunidad para redescubrir, treinta y cinco años después, su capacidad narrativa y para comprobar lo bien que ha resistido el paso del tiempo esta novela que fue la que más problemas le ocasionó con la censura.



Javier Montes.
Los penúltimos.
Pre-Textos. Valencia, 2008.


- Estoy muerto.
Ella llevaba en el bolso la botellita de GHB: transparente, insípido o casi. Quedaba todavía whisky y Coca-Cola en el vaso del chico. Había olvidado cómo se llamaba.
-Dame tu copa y te pongo más whisky.

De esa inquietante manera comienza esta narración con la que Javier Montes obtuvo en 2007 el Premio de novela corta José Mª de Pereda. Ambientada en un Madrid nocturno por el que deambulan personajes desorientados, fugitivos de sí mismos, es una narración de inusual y sostenida tensión. Búsquedas, separaciones, encuentros. Una novela bizantina contemporánea.




René Crevel.
Desvíos.

El Nadir. Valencia, 2008.


La primera novela de René Crevel, autobiográfica y brillante, inédita hasta ahora en español, la edita El Nadir con traducción de Andrés Pau e introducción de Blas Parra, que destaca en estos Desvíos la presencia de la ironía abrasiva que atravesó toda su producción. Escritor de culto, visionario y superrealista, hay en su prosa una intensidad estilística que aquí todavía no suplanta a la narración. Eso hace que esta sea una muy recomendable puerta de entrada al peculiar universo alucinado y radical de Crevel.


Yasutaka Tsutsui.
Hombres salmonela en el planeta porno.
Traducción y notas de Jesús Carlos Álvarez.
Atalanta. Gerona, 2008.


Selección de seis relatos de Yasutaka Tsutsui (Osaka, 1938) en una cuidada traducción con la que Atalanta lo presenta por primera vez en español. Escritor de culto en Japón, su extensa obra narrativa ha sido adaptada con frecuencia en los guiones del manga. Un humor amargo, irónico y refinado, es el método preferido por este autor para narrar o imaginar un mundo que se mueve entre la violencia y el sexo, entre el reflejo de lo absurdo y la crítica social, entre lo onírico y la ciencia-ficción. Además de los cuentos, el libro incorpora como epílogo la entrevista que el traductor le hizo a un Tsutsui pesimista y desalentado en noviembre de 2007.



Patrick Hamilton.
Los esclavos de la soledad.
Traducción de Vicente Campos.
Prólogo de Doris Lessing.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
Barcelona, 2008.


Londres, monstruo agazapado, tiene que respirar, como cualquier otro monstruo, y respira, claro, a su manera turbia y maligna. En el invierno londinense de 1943 sitúa la acción de esta magnífica novela Patrick Hamilton (1904-1962). Doris Lessing escribió para presentarla un prólogo al que pertenecen estas palabras terminantes: Me sorprende que cuando se habla de los grandes escritores de los años treinta, de Auden o de Isherwood, no se le mencione, porque Hamilton es mejor escritor que todos ellos. El lector de esta crónica puede comprobar con su lectura cuánta razón tiene la escritora.



José de Almada Negreiros.
Nombre de guerra.
Traducción y epílogo de
Sonia Ayerra y David Santaisabel.

Prólogo de Ramón Gómez de la Serna.
El olivo azul. Sevilla, 2008.

José de Almada Negreiros, el poeta amigo de Pessoa, integrante con él y con Sá-Carneiro de la trinidad vanguardista portuguesa, escribió este Nombre de guerra, una novela iniciática en la que proyectó sus experiencias de joven artista de provincias recién llegado a una Lisboa moderna, de clubes. Novela de aprendizaje sobre el renacimiento personal, esta es la primera versión traducida al castellano. La introduce un prólogo de Gómez de la Serna y un estupendo epílogo en el que los traductores hacen un recorrido ilustrado por los ambientes vanguardistas, lisboetas y madrileños, en los que se gestó la obra de Almada.





Antonio Ferres.
El caballo y el hombre
y otros relatos.

Gadir. Madrid, 2008.

Una selección de dieciséis relatos de Antonio Ferres. Inéditos en su mayor parte, como los recientes y espléndidos El caballo y el hombre o El color amaranto, de una perfección que hubiera podido firmar Chejov. Variados en tonos y técnicas, dan cuenta de un rico universo narrativo que la editorial Gadir está recuperando en distintos volúmenes que reparan la injusticia del olvido de una de las voces más interesantes de la literatura española de las últimas décadas.



Resaca/Hank Over.
Un homenaje a Charles Bukowski.

Selección y prólogos:
Patxi Irurzun y Vicente Muñoz Álvarez.
Caballo de Troya. Barcelona , 2008.

Treinta y siete hijos de Satanás, poetas y narradores, se reúnen para brindar por Charles Bukowski alrededor de su tumba. Más que un homenaje, una excusa para que lectores y autores compartan un buen rato en torno a Hank, el heterónimo al que atribuyó Bukowski algunos de sus relatos y poemas.

Santos Domínguez

21/6/08

El bolso de Ana Karenina


Anna Caballé.
El bolso de Ana Karenina.
Península. Barcelona, 2008.


Vladimir Nabokov solía preparar meticulosamente las clases que sobre literatura rusa impartía en universidades norteamericanas. Con el mismo grado de detalle, con la minuciosidad previsible del entomólogo paciente y detallista que fue Nabokov, el autor de Lolita preparaba sus exámenes, en uno de los cuales sus alumnos debían elaborar un listado con el contenido del bolso rojo que Ana Karenina tira un momento antes de arrojarse a las vías del tren.

Pues bien: ese bolso femenino es el punto de partida, la imagen que está en el origen de una colección de semblanzas femeninas que la profesora Anna Caballé reúne en un volumen publicado por Ediciones Península.

El bolso femenino, que pertenece al ámbito de lo privado, de lo secreto incluso, de aquello que no está expuesto a la mirada ajena, está en el cruce entre lo exterior y lo interior, entre lo público y lo íntimo, como lo están también estas casi cincuenta semblanzas de vidas femeninas que contiene el equipaje particular de la autora.

Anna Caballé, una especialista en biografías, especialmente en estos esbozos breves, recoge en este tomo las ráfagas de vida de mujeres de distintas épocas y lugares, de diversa extracción social y variadas dedicaciones, aunque predominan entre ellas las que se dedicaron a la literatura o a otras actividades artísticas o culturales.

Pongamos algunos ejemplos: Anna Ajmátova, la poeta que llora, los ojos de Hanna Arendt, o los colores de la tragedia de María Callas, la granja africana de Isak Dinesen o la sombra eficaz de Freud, el sufrimiento de Janis Joplin y la mano tendida de Clarice Lispector, el misterio de Alejandra Pizarnik, una necrológica de Susan Sontag, la pasión por los ficheros de María Moliner o la vida pensada por María Zambrano.

Mujeres muy distintas y con distinta suerte en la vida, felices o desgraciadas, independientes o sumisas, admirables o dignas de compasión.

En Ana Karenina, escribía Tolstoi que todas las familias felices se parecen y sólo las desgraciadas lo son a su manera. Con las mujeres – y con los hombres, naturalmente- ocurre lo mismo. El bolso de Ana Karenina contiene una enorme variedad de vidas, más desgraciadas que felices, todas profundamente individualizadas en estas semblanzas ágiles y brillantes que ha escrito Anna Caballé.

Mayra Vela

19/6/08

Luis Cernuda. Años españoles


Antonio Rivero Taravillo
Luis Cernuda.
Años españoles (1902-1938)

Tusquets. Barcelona, 2008.



Sólo podemos conocer la poesía a partir del hombre, escribía Luis Cernuda en un artículo sobre Eluard.

Esas palabras bastarían para justificar la aparición de este Luis Cernuda. Años españoles (1902-1938), la primera parte de una biografía del poeta sevillano con la que su autor obtuvo el XX Premio Comillas que publica Tusquets.

Una biografía exhaustiva que es la crónica de una insatisfacción, el motor fundamental de la obra de Luis Cernuda, agrupada significativamente bajo el título La realidad y el deseo, que como explicó Octavio Paz puede leerse como

una biografía espiritual, sucesión de momentos vividos y reflexión sobre esas experiencias vitales. De ahí su carácter moral.


Y es que en pocos poetas como en Cernuda se conjuntan biografía y literatura para proporcionarse mutuamente las claves de la vida y la poesía de un autor que cuando tituló su obra completa La realidad y el deseo hacía una declaración de intenciones y firmaba -pese a todo- una fe de vida.

De los treinta y seis primeros años del poeta, entre 1902 y 1938, hasta la salida al exilio, se ocupa esta primera parte de una biografía que tendrá su segunda entrega en los años de madurez y destierro de Luis Cernuda.

Estos primeros años son los de Perfil del aire, los de la Sevilla odiada en la realidad e idealizada en la evocación de Ocnos, Las nubes y Desolación de la quimera; los del lectorado en Toulouse (aquel Tulú del que hablaba Fernando Villalón); los conflictivos años madrileños; los del compromiso con la República y las Misiones pedagógicas; los meses de la guerra en Valencia..., hasta aquel 14 de febrero de 1938 que trazaba, con su salida definitiva de España, una frontera en la vida y la obra del poeta.

Un recorrido por la vida de Cernuda que es también un viaje por unos años decisivos del siglo XX y por la evolución de su obra, que refleja la sucesión de tendencias, desde la poesía pura al superrealismo, desde el simbolismo al neorromanticismo. En uno de sus textos esenciales, Historial de un libro, una autobiografía en la que funde vida y poesía de manera ejemplar, escribe Cernuda sobre esa conexión entre ambas: al lector corresponde establecerla, si cree que vale la pena y quiere tomarse la molestia.

Como su personalidad, complicada mezcla de pasión y desdén, de nieve y de fuego, con frecuentes altibajos anímicos, la obra de Cernuda está llena de matices y zonas oscuras, de luces y sombras, de distancia y entrega.

La mala acogida de Perfil del aire en aquellos años perdidos, ni suyos ni de nadie, en una Sevilla en la que fue alumno de Salinas; el aislamiento y las relaciones problemáticas con otros poetas del 27; la génesis francesa de Un río, un amor; la relación con Serafín Fernández Ferro que está en la raíz de Los placeres prohibidos y de Donde habite el olvido; la primera edición (1936) de La realidad y el deseo, una obra en marcha que culminará en el exilio: la historia de Cernuda es la historia de sus libros y viceversa. Por eso el mayor mérito de esta biografía es que constituye una invitación constante a la lectura o la relectura de la obra en verso o en prosa de su autor, una de las más altas del siglo XX.

Esta biografía
-explica Rivero Taravillo- no puede ni quiere ser sustituto de la poesía o la prosa de Cernuda (...) Haría bien el lector en tener a mano esos volúmenes para acompañar a éste.

Cuando abandonó España, llevaba en su equipaje algunos de los poemas de Las nubes, uno de sus mejores libros. Lo terminaría en el exilio, bajo la impresión de la guerra y de un desarraigo ya definitivo. Pero esa es una historia y una literatura que abordará la segunda parte de esta biografía de Cernuda.

Santos Domínguez

17/6/08

Lecciones de ilusión


Pablo d'Ors.
Lecciones de ilusión.
Anagrama. Barcelona, 2008.


Además de la lección inaugural (Creación y locura) y la final (Literatura y fantasmas), cinco lecciones de ilusión y una constante lección magistral de talento narrativo y rigor intelectual. La inspiración y el estilo, el amor y los libros, la genialidad y la locura, lo sublime y lo ridículo, la tradición y el plagio se abordan en una obra asombrosa que está a medio camino entre el ensayo y la novela.

Lorenzo Bellini, de Trieste, narrador y protagonista, llega un día de primavera de 1963 al sanatorio psiquiátrico de St. Bonifaz, un manicomio peculiar perdido en un valle bávaro, para redactar una tesis en la que estudia la relación entre creación artística y enajenación mental.

Ese es el artificio narrativo del que arranca Pablo d’Ors para armar estas Lecciones de ilusión, que publica Anagrama, cinco nouvelles enmarcardas por una lección inaugural y otra final y atravesadas también por la figura de Robert Walser, una referencia constante en la apertura de cada lección, en unas citas que contienen en clave la materia del libro y del mundo.

Desde la lección inaugural, centrada en El bandido, Inferno e Hiperión, tres obras esenciales de un narrador bandido y sibarita (Walser), un dramaturgo visionario y profético (Strindberg) y un poeta errante y melancólico (Hölderlin), se suceden creaciones de personajes como el Dr. Griffenfeldt, director del sanatorio, altruista y egocéntrico; Ecker, un archivero empeñado en ordenar el mundo; Kien, el bibliotecario, y una larga serie de pacientes hermanados espiritualmente con figuras destacadas de la civilización europea en un sanatorio que es la quintaesencia de la cultura, una metáfora de Europa:

Esto es Europa, piensa el estudiante, que todavía contempla esta escena como si no fuera con él. Esto es lo que queda de Europa: una fiesta de viejos y enfermos al atardecer. Europa: champán y canapés.

Desde ese manicomio que es también un espacio lúdico y libre, es decir, lo contrario de lo que se podría esperar de un establecimiento como ese, el protagonista reflexiona sobre la realidad europea:

¿Qué es Europa?, se pregunta Lorenzo. ¿Una borrachera en los jardines de un manicomio? Se responde: Europa es un sanatorio donde se conmemora un aniversario; Europa es un psiquiatra genialoide a quien obsesiona su método de curación más que la curación misma; Europa es su ayudante, un archivero servil y lujurioso; Europa es un colega enemigo a quienes envidia y condena por un plagio; Europa es una muchacha virgen, bellísima e inalcanzable; Europa, en fin, es un joven viajero, desconcertado y curioso.

La reflexión se extiende al sentido de la literatura:

También la literatura, esa enfermedad, es la búsqueda de un hombre con quien hermanarse; y tampoco la literatura, esa medicina, puede nacer más que desde el diálogo con un lector. Todo libro -este también- es un diálogo con otros libros. Todo autor se sienta a la mesa de otros autores y conversa con ellos.

La escritura como proceso es uno de los ejes del libro, y en torno a él gira la figura de Klaus-Dieter Dorp, el corrector de estilo que aspira a resumir el mundo en una novela, en una página o en una cita a pie de página.

A través de afinidades y hermanamientos, de simetrías y correspondencias, las múltiples piezas de este mosaico narrativo, un prodigio de conocimiento y estilo que enlaza con la gran tradición crítica y novelesca de la literatura centroeuropea.

Hay otras proyecciones del proceso creativo, del sentido de la escritura en los personajes: Walter Kallmus, el cartero que inventa cartas de personas imaginarias, de personajes epistolares que acabarán existiendo; Bohumil Skarvada, un escritor de novelas eróticas al que se le prohíbe leer y escribir, y a quien pertenecen estas palabras:

Para eso se escriben novelas: para seducir y conquistar al lector, para entrar en sus pensamientos y en su corazón; y hasta en su cama, aunque sea en forma de libro /.../ Escritura y lectura son para mí las dos caras de una misma moneda: leo para poder escribir; y siempre escribo, con mayor o menor fortuna, sobre los libros que he leído.

En las últimas lecciones, el ejercicio de ventriloquía del autor se proyecta en las creaciones de otros personajes memorables: Emanuel Engelmann, que aspira a vivir sin ser visto en una celda del pabellón de los melancólicos y habla con los caballos, el hombre que se sacaba palabras de la boca, el calígrafo y el andarín que recuerdan tanto a Walser, el aprendiz de loco, o el campesino Udo De Signore, un imitador de voces cuya contribución al consuelo o a la felicidad ajena lo asemeja a la labor del cartero hasta el punto de que ambos personajes acaban confluyendo en uno solo.

Catorce meses después de su llegada, Lorenzo abandona el valle y vuelve a Trieste, pero es ya otro. De esa metamorfosis del protagonista que en el fondo es el tema de cualquier novela, de esa interacción triple entre el mundo, la literatura y el personaje, tratan estas Lecciones de ilusión con las que Pablo d’Ors ha culminado seis años de escritura fecunda y de reflexiones lúcidas.

Ambicioso y monumental, será sin duda uno de los libros más relevantes de este año y de muchos años, porque este es un texto con vocación duradera, un libro sólido para leer y releer con admiración y provecho renovados.

Santos Domínguez

15/6/08

Crónicas cosmopolitas de Rubén Darío

Rubén Darío.
¿Va a arder París...?
Selección, introducción y notas
de Günther Schmigalle.
Veintisiete Letras. Madrid, 2008.

Veintisiete Letras recoge en una edición muy cuidada un conjunto de crónicas que Rubén Darío escribió entre 1892 y 1912. El volumen, preparado por Günther Schmigalle, lleva como subtítulo Crónicas cosmopolitas y reúne lo mejor de la obra periodística del nicaragüense.

Fue en la prosa del periódico, en la escritura a sueldo, donde Rubén desarrolló las dos terceras partes de su obra total. Sus artículos y crónicas para la prensa, y en especial
sus colaboraciones en La Nación, le permitieron dedicarse a la poesía, pero más allá de su función alimenticia supo proyectar en ellas, con la alta calidad de su prosa eficaz y profesional, las actitudes, los temas y las preocupaciones del fin de siglo hispánico.

Como ocurre con otras manifestaciones de la época, coinciden aquí literatura y periodismo, vida y cultura, lirismo y actualidad. Rubén se convierte en espectador de su tiempo a través de crónicas filosóficas que arrancan de un suceso para llegar a una conclusión general que lo transcienda; con crónicas impresionistas, de tono conversacional, efímeras y con sabor de época; con semblanzas de autores como Poe, Verlaine o Marinetti, a través de una prosa fluida y precisa como la de este El faunida, un artículo que publicó La Nación el 3 de septiembre de 1910:

¿Es casado? ¿Es soltero? No me ha interesado averiguarlo. De todas maneras, debe portarse correctamente y cumplir con sus obligaciones. Creerá en los beneficios de la república, tendrá su mira puesta en un ascenso y obtendrá quizá pronto las palmas académicas. Todos los años, en una fecha fija, sabe que es obligación suya reunirse en un café de barrio, con unos cuantos hombres y mujeres que dicen discursos y versos a la memoria de su padre, y que comen por tres o cuatro francos, en fraternal ágape con la locuacidad de los hombres de letras. Él llena su misión sin comprender muy bien lo que se dice. Vagamente sabe que hay algo que le debe dar cierto orgullo y algo que le debe dar cierta vergüenza. Lo que es un hecho es que es un buen empleado, que merece el elogio de sus superiores y que nadie tiene que hacerle el menor reproche en su conducta. Es un hombre relativamente feliz. Ignora las angustias del ajenjo, de la lujuria y de la gloria. Es el faunida, es el hijo de Paul Verlaine.

Rubén fue cronista de un tiempo y de un espacio: el París que simboliza la unión de arte y vida, de poesía y realidad, y ante el que Darío pasa del entusiasmo a la desilusión, como pasó frente a la España del desastre y la bohemia desde la crítica del atraso a la nostalgia. De un espacio que es el de las crónicas que recogen impresiones del viajero por el Rhin, Londres o Tánger.

Entre la urgencia del cronista y la intemporalidad del poeta, Rubén tuvo un sostenido aprecio por estos artículos, que
recopiló parcialmente en libros como Los raros o España contemporánea. La lectura de los textos de esta selección justifica su juicio y completa la imagen compleja de aquel escritor poderoso y total que fue Rubén Darío, menos ensimismado en su torre de marfil de lo que le atribuye la imagen tópica del Modernismo.

Santos Domínguez

13/6/08

Cuentos completos de Haroldo Conti




Haroldo Conti.
Cuentos completos.
Narrativa Bartleby. Madrid, 2008.


Pocas veces el término desaparición es tan dolorosamente ambiguo como en el caso de Haroldo Conti (1925-1976), uno de los más importantes narradores argentinos de la segunda mitad del siglo XX.

Poco después de publicar su Balada del álamo carolina, en mayo de 1976, lo secuestró la dictadura militar. Y sobre las trágicas circunstancias que rodearon su detención y su muerte, Gabriel García Márquez escribió un intenso artículo (La última y mala noticia sobre Haroldo Conti), que apareció en El País en 1981 y que Bartleby ha recuperado como prólogo a su edición de los Cuentos completos de Conti.

Un total de diecinueve cuentos ordenados cronológicamente y cuatro textos que integran la sección Homenajes, dispersos en revistas y libros (Todos los veranos, Con otra gente, La balada del álamo carolina), dan testimonio del doble compromiso, político y literario, de Haroldo Conti, cercano en ocasiones al realismo crítico, como en el excelente Todos los veranos, y seguidor aventajado de Hemingway en cuentos como Cinegética.

En sus cuentos fluviales o en los que denuncian la injusticia o el terrorismo de Estado, Conti ejerce ese doble compromiso desde un impulso de totalidad en el que hace compatibles el humor y la amargura, la atención al personaje y al ambiente, el lirismo y la denuncia, el asombro o la indignación ante la realidad.

El campo y la ciudad, la realidad y el misterio, lo individual y lo colectivo conviven en unos cuentos en los que la actitud testimonial predominante no cierra las puertas al descubrimiento de las zonas oscuras de la realidad. Eso es lo que ocurre en un texto lleno de presentimientos funestos, Tristezas de la otra banda, premonitorio y turbador.

Algunos de estos relatos, como el mencionado Todos los veranos o el que se titula La causa, están más cerca técnicamente de la novela corta, a un paso del género novelístico en el que brilló Conti, como brilla su prosa, flexible, coloquial o poética, en fragmentos como este, con el que comienza La balada del álamo carolina:

Uno piensa que los días de un árbol son todos iguales. Sobre todo si es un árbol viejo. No. Un día de un viejo árbol es un día del mundo.

Conti se sabía en peligro desde 1975. Sabía que estaba en una lista negra por la valentía reivindicativa de su literatura y sus artículos en la prensa. El día que lo secuestraron terminó su último cuento, A la diestra.

Lo mataron semanas después. Lo que no pudieron eliminar quienes ordenaron la detención y el asesinato de Conti es su obra, sus cuentos memorables, su coraje civil, la calidad narrativa de estos relatos en los que proyectó su compromiso intenso con la vida y con la literatura.


Santos Domínguez

11/6/08

Hopper visto por Mark Strand





Mark Strand.
Hopper.
Traducción y prólogo de
Juan Antonio Montiel.
Lumen. Barcelona, 2008.


Un poeta frente a un pintor. Mark Strand explora con su palabra y su mirada las historias inquietantes que viven en los cuadros de Edward Hopper. En una cuidada edición ilustrada Lumen publica un asombroso ejercicio de hondura, estilo y sensibilidad de uno de los mejores poetas norteamericanos contemporáneos sobre las escenas de Hopper, tan sugerentes, tan susceptibles de desarrollos narrativos o poéticos.

Como en Rafael Alberti, al que ha traducido al inglés, en Strand la vocación pictórica es anterior al ejercicio poético. Es un nuevo ejemplo de las relaciones entre pintura y poesía, especialmente estrechas desde el Renacimiento.

Los cuadros de Hopper -escribe Strand- transcienden el mero parecido con la realidad de una época y transportan al espectador a un espacio virtual en el que la influencia de los sentimientos y la disposición de entregarse a ellos predominan. Mi lectura de ese espacio es el tema de este libro.

Un libro en el que el poeta traduce el misterio de la pintura de Hopper a palabras, se aproxima a las claves de lectura de unos cuadros con una clara voluntad narrativa en los que Strand reconoce su propio pasado e invita al lector a entrar en la atmósfera de la escena, a implicarse visualmente en esa pintura y a situarse, con el pintor y el poeta, en la frontera que marca el límite del yo y el mundo exterior.

Piglia ha sido uno de los últimos en recordar que todo relato contiene dos historias, una superficial y otra oculta. Y algo muy parecido ocurre en los cuadros de Hopper. A adentrarse en el fondo oscuro y misterioso de esas profundidades plásticas se dedica la mirada de Mark Strand, que busca su sentido simbólico y universal más allá de la anécdota.

La soledad de Aves nocturnas, la siniestra premonición de Gasolina, la serenidad paradójica de Mar de fondo o las formas intemporales de la luz detenida en la memoria en Habitaciones junto al mar son algunos de los ejes temáticos de esta pintura en la que conviven los interiores y el espacio abierto, el campo y la ciudad, la tristeza y el humor, la atmósfera sombría o la luminosidad más intensa.

Y el misterio. Ese algo más que parece ocultarse en cada cuadro de Hopper y en cada uno de sus personajes, sumidos en una mirada introspectiva abismada en el secreto, como la de la acomodadora del espléndido Cine de Nueva York.

Una mirada tan profunda y matizada como la de Strand es la mejor iluminación de ese misterio en un libro que es el lugar de reunión de la palabra y la mirada del pintor y el poeta, del lector y el espectador.

Santos Domínguez



8/6/08

Ondulaciones


José-Miguel Ullán.
Ondulaciones.
Poesía reunida (1968-2007).

Prólogo de Miguel Casado.
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.



Como aerolitos dispersos, como aventuras fugaces que nacen y mueren ha definido sus libros de poesía José-Miguel Ullán.

Ondulaciones,
el volumen en el que Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores la ha agrupado, es el resultado de casi cuarenta años de rigurosa labor creativa, un recorrido por la libertad y la audacia que resaltaba Julio Cortázar como claves de la escritura de Ullán, de una poesía que -como destaca en su prólogo Miguel Casado- está en mutación constante, en continua actitud de experimentación expresiva. Y es que de tener la poesía un territorio, sería el de la duda, ha explicado el autor.

Esa concepción de la escritura, aplicable al resto de las artes, la resume en un verso memorable dedicado a Chillida:

Golpea para que el dado incluya un laberinto.

Quince años después de la antología Ardicia, al preparar esta reunión de su obra, el autor ha eliminado sus primeros libros, que aparecieron en los sesenta, de manera que Ondulaciones comienza con la sección final de Mortaja (1970), Ficciones, que empieza así:

Un belga clavó un cuchillo
en la cabeza de un español...

Esos textos se convierten desde esta recopilación en el punto de partida reconocido de una larga trayectoria poética a la que se añaden ahora cuarenta inéditos, unos textos que Ullán ha venido escribiendo en los últimos quince años y que por diversas razones no se habían publicado en sus libros.

Y pese a esa depuración, el volumen es amplísimo en páginas y sobre todo heterogéneo en temas, en formas y en registros. El título elegido, Ondulaciones, es una alusión a su concepción de la poesía como proceso cambiante, como la aventura de una obra en marcha, como fluctuación, inestabilidad y evanescencia.

De Manchas nombradas a Amo de llaves, de Visto y no visto a Razón de nadie, tan diversos en temas como plurales en técnicas y tonos, en la poesía de Ullán los elementos gráficos conviven con los verbales. Lo plástico y lo fónico, el ritmo y la imagen, lo rural y lo urbano, lo culto y lo coloquial se complementan en la construcción de unos textos complejos en cuyo lenguaje híbrido conviven la materia verbal y la propuesta visual de los agrafismos.

La diversidad de esta poesía inclasificable y proteica, la continuidad de la búsqueda es la que otorga unidad a la obra poética de Ullán. De esa búsqueda y de la permanente insatisfacción que la origina surge lo que Miguel Casado ha llamado nihilismo deseante, una actitud con la que se aspira a integrar la totalidad de lo real.

Un verso como este, de Maniluvios, podría tomarse como cifra temprana de esa integración de materiales heterogéneos en el resultado complejo del poema:

gargajo arcilla brasa

girasol de voces



Santos Domínguez

6/6/08

José Tomás. Un torero de leyenda



Carlos Abella.
José Tomás. Un torero de leyenda.
Alianza Editorial. Madrid, 2008.



Casi a la vez que Carlos Abella publica en Alianza Editorial José Tomás. Un torero de leyenda, su protagonista sale por la puerta grande de las Ventas después de cortar cuatro orejas en una tarde memorable en la que ha compaginado una valentía extrema y una calidad estética excepcional.

No ha podido, pues, aparecer más oportunamente un libro como este en el que Carlos Abella hace un recorrido por la trayectoria profesional y biográfica del último mito de la tauromaquia. José Tomás posee en grado de excelencia todos los rasgos que distinguen a un mito (misterio, distancia, altura o grandeza dramática). Además pisa en los ruedos un terreno que nadie hasta ahora había podido pisar, con la consiguiente revisión de los cánones que estaban pensados para otra forma de estar delante de la cara de un toro. Ya es casi un tópico decir que José Tomás pone el cuerpo en donde otros colocan la muleta. Es cuestión de medio metro, pero en esos centímetros está la línea que separa la superficialidad de la hondura, el aliviarse del arriesgarse, la mentira y la verdad.

En esa rectificación de terrenos y cánones, José Tomás da un paso más sobre lo que había hecho Juan Belmonte, con quien el toreo se hizo quietud, o sobre la tauromaquia de Manolete, vertical pero carente de hondura. José Tomás une lo esencial de uno y de otro, renuncia a las ventajas y torea como hubiera toreado Manolete de haber conocido a Antonio Ordóñez o a Curro Romero.

La tauromaquia de José Tomás (la purísima concepción, la llamó un revistero) pone en cuestión las ideas admitidas hasta ahora sobre terrenos y cánones clásicos. Y no porque los niegue o los desprecie, sino porque los ha superado y ha dado un paso más, hacia adelante y hacia abajo, en una doble demostración de valentía y hondura.

No son los únicos esquemas que ha roto este torero. La distinción tópica que hacía incompatibles el toreo de pellizco y el de valor, no sirve ya y a partir de él no es más que una disculpa de carencias técnicas o artísticas.

Y para que no falte nada, es un torero que genera envidias y odios africanos. Porque esta es una constante en la carrera de José Tomás. La reunión a la misma hora del triunfo y de la envidia, de los que ensalzarán su toreo y los que le inventarán defectos. En gran medida esas dos claves resumen este libro de Carlos Abella, que hace un recorrido generosamente ilustrado por las faenas más importantes del torero y por las reflexiones de la persona que explica su concepto del toreo y de la vida.

Claro que a estas alturas este torero no tiene ya más rival que él mismo y ha rebajado a sus enemigos a la mera condición de envidiosos.

Entre las muchas reseñas que ha recopilado Abella, quizá ninguna más lúcida y tajante que una de Joaquín Vidal sobre una tarde en la que no toreaba José Tomás, sino El Juli, del que decía al final:

Sólo falta que venga con mejores toros, que no se amanere, que no esté obsesionado con José Tomás. Pues en muchos trances -cites juntas las zapatillas, ostentosas verticalidades- quería parecerse a José Tomás. Y no se podría parecer ni de lejos. Para empezar, José Tomás es alto y delgado como su madre, mientras El Juli tira a chaparrete. Y ya lo tiene dicho la sabiduría popular: aleluya, aleluya, cada cual con la suya.

Santos Domínguez



5/6/08

El Madrid de Juan Ramón Jiménez



Rocío Fernández Berrocal.
Guía del Madrid de Juan Ramón Jiménez.
Biblioteca Madrileña de Bolsillo.
Consejería de Educación. Comunidad de Madrid, 2007.



Aunque su figura y su poesía se suelen identificar con los paisajes de Moguer, gran parte de la obra y los años fundamentales de la biografía y la actividad literaria de Juan Ramón Jiménez tienen como escenario el paisaje de Madrid y sus alrededores. El poeta se sintió el paseante mejor de la ciudad donde tuvo azotea abierta a sus aires, sus árboles y su horizonte, el observador de su paisaje humano y natural.

Tras algunas interrupciones convalecientes, Juan Ramón vivió en Madrid un cuarto de siglo, entre 1911 y 1936, los años centrales de su actividad literaria: en pensiones cercanas a algún sanatorio que tranquilizara sus aprensiones, en la clínica del Rosario, en la Colina de los chopos, en las muchas casas que habitó y desalojó en busca de silencio hasta instalarse definitivamente en la calle Padilla antes de salir de España.

Esos espacios, tan ligados a la vida y la obra de Juan Ramón, son los que recorren las palabras y las imágenes de esta Guía del Madrid de Juan Ramón Jiménez que ha elaborado Rocío Fernández Berrocal y publica la Comunidad de Madrid.

Elaborada guía, muy volcada en lo visual, que va más allá de la mera labor de selección de fragmentos juanramonianos y de la redacción del texto y recopila un abundante material gráfico para explicar las alusiones literarias. Entre la palabra constante de Juan Ramón y el acopio ingente de textos organizados por la autora con inteligencia y conocimiento se intercalan las ilustraciones, elegidas con tino para subrayarlos.

Y es que Madrid no es sólo el ambiente en que Juan Ramón crea gran parte de su obra, sino el tema y el objeto de muchos de sus textos. Madrid es el punto de partida y de llegada del itinerario poético y personal del Diario de un poeta recién casado, el centro de los Libros de Madrid, y –con esta guía- Madrid es también una excusa razonable para releerle y recorrer con él itinerarios como el que había previsto para la visita frustrada de Tagore en 1918:

Paseo por Madrid: Ritz, Prado, Alcalá, Retiro (un rato a pie), Alfonso XII, Velázquez, Hipódromo, Castellana, Alcalá, Arenal, Oriente, Ferraz, Rosales, Bulevar.

Ese es el Madrid esencial de Juan Ramón, el Madrid posible que se imponía ya a un Madrid imposible y decimonónico que recordaba a Galdós o a Baroja. Del Madrid modernista del 98 al del 27 y la Segunda República, Juan Ramón ve crecer en todos los sentidos a una ciudad en la que estaba empezando a escribirse una parte fundamental de la literatura europea del siglo XX.


Santos Domínguez