29/1/16

Paul Valéry, La joven parca


Paul Valéry,
La joven parca. 
Traducción e introducción de
Antonio Martínez Sarrión
Linteo Poesía. Orense, 2015.


¿Quién llora ahí, sino el viento más simple, en esta aislada hora
con diamantes extremos?… ¿Y quién gime 
tan cerca de mí misma y a punto de llorar?

Así comienza, en la espléndida traducción de Antonio Martínez Sarrión, La joven parca, una obra central en la poesía de Paul Valéry, que acaba de aparecer en edición bilingüe en Linteo Poesía.

Valéry la escribió después de una larga travesía del desierto en forma de silencio poético prolongado a lo largo de dos décadas. La publicó, tras cien borradores previos, en 1917, diez años antes de esa otra cima que es El cementerio marino, un texto complementario de La joven parca, aunque menos hermético que este, como señala en su introducción Antonio Martínez Sarrión, que recuerda en ella la concepción de la poesía de Valéry como arte de la sugerencia, como "una concentrada armonía de palabras e imágenes /…/ donde importaba más el juego mágico de ritmo, rimas y aliteraciones que sus contenidos intelectuales.” 

Con sus quinientos versos que reflejan los cambios de conciencia de una persona a lo largo de una noche, La joven parca es uno de los poemas más herméticos de la poesía francesa. Nocturna y femenina, frente al carácter solar y masculino del Cementerio marino, es, con su vertiginosa sucesión de sueños y metamorfosis, un diamante oscuro y huidizo en alejandrinos franceses cuyo título se inspira en la escultura de una muchacha que se conserva en el British Museum.

Como a Eurídice, a esa joven parca la muerde una serpiente. Es la serpiente de la inteligencia, igual de venenosa. Pero tras esa larga noche de pesadillas, frente a la inteligencia sola y al instinto solo, al amanecer se impone en la protagonista la armonía que conjuga lo racional y lo instintivo, lo sensible y lo intelectual:

¡oh gloria del nacer!, potente y dulce,
fuego hacia el que una virgen de nuevo se incorpora
bajo la especie áurea de un pecho conmovido.

Misteriosa y perturbadora, La joven parca es una obra central en la trayectoria poética de Valéry, una joya que Martínez Sarrión sitúa al nivel de los Cuatro cuartetos de Eliot o de las Elegías de Duino, de Rilke, con las que comparte una misma vocación interrogativa y visionaria. 

Santos Domínguez


28/1/16

En la niebla




Richard Harding Davis.
En la niebla.
Traducción de Julián Gea.
Ardicia. Madrid, 2015.

Con su cuidado habitual y traducción de Julián Gea, Ardicia publica una conseguida y bien elaborada pieza del género detectivesco, En la niebla, publicada en 1901 por el estadounidense Richard Harding Davis, periodista de guerra y novelista que unos años antes había publicado su obra más conocida, Soldados de fortuna.

En la niebla es una clásica novela de detectives victorianos ambientada -no por casualidad, sino de manera muy significativa- en el Londres de la gran niebla de 1897.

Como es obligado en el género, al principio hay un crimen rodeado de misterio, en este caso un doble asesinato cuyas claves van resolviendo y desenmarañando cinco socios del club más elitista de Londres, The Grill.

“Ni siquiera el mismísimo Sherlock Holmes podría resolver el misterio que desconcierta esta noche a la policía de Londres”, dice uno de los interlocutores, que en su conversación van articulando el entramado de pistas para desentrañar el misterioso crimen.

Y para que no falte nada, hay cuando menos se espera un giro sorprendente, una sorpresa final con la que el autor demuestra su eficacia narrativa y su astucia para diseñar una trama tan bien construida como esta, con un fondo de niebla que rodea el ambiente de la novela y que se convierte en metáfora del misterio opaco que plantea y resuelve el relato.


Santos Domínguez

27/1/16

Svevo. Vino generoso y otros relatos




Italo Svevo.
Vino generoso y otros relatos.
Traducción de Luisa Juanatey y Francesca Peretto.
Pasos Perdidos. Madrid, 2015.

Con una nueva traducción de Luisa Juanatey y Francesca Peretto, Pasos Perdidos publica cuatro relatos de Italo Svevo bajo el título Vino generoso y otros relatos. Cuatro relatos muy significativos, porque contienen condensadas las claves de la narrativa del autor triestino.

Desde el que da título al volumen, el más conocido, Vino generoso, en el que el exceso en la bebida y la comida deriva en la conmoción de una pesadilla y en avisos de muerte, hasta La madre y su búsqueda alegórica de un referente protector en una granja de gallinas, pasando por Una burla literaria, que está más cerca de la novela corta que del cuento. 

Es ese un texto central en la narrativa de Svevo, que cuando habló en él de un perdedor con ilusiones literarias en el que se cruzan lo ridículo y lo admirable proyectó sus propias experiencias de expectativas y frustraciones de escritor en busca de reconocimiento y a pesar de todo víctima de la envidia.

Completa el volumen Con alevosía, en el que el cruce de un triunfador con mala salud y un fracasado se resuelve con un sentimiento de liberadora venganza involuntaria.

El individuo y la moral social, el sueño y la culpa, la indagación en la zona oscura del hombre atraviesan estos relatos en que conviven el detallismo de las técnicas naturalistas con la introspección psicoanalítica para explorar los complejos procesos psíquicos.

Hay siempre en estos relatos algo opaco, una zona de sombra inaccesible a la razón. Decía Montale que Svevo “es un escritor siempre abierto. Nos acompaña, nos guía hasta cierto punto, pero no nos da nunca la impresión de haberlo dicho todo: es amplio y no saca conclusiones, como la vida "

Santos Domínguez

26/1/16

Salvador Gutiérrez Solís. Biografía autorizada




Salvador Gutiérrez Solís.
Biografía autorizada.
La Isla de Siltolá. Narrativa. Sevilla, 2015.

Novelista incesante y cuentista accidental, Salvador Gutiérrez Solís publica en la colección de narrativa de La Isla de Siltolá Biografía autorizada, un homenaje a la música pop rock y a la memoria sentimental de su generación.

Una novela torrencial de más de quinientas páginas en las que reviven la infancia y Ana Belén, los salesianos de Córdoba y la carta de ajuste, el cine de Scorsese y las series de televisión, Fargo y La bola de cristal con Alaska al fondo.

Una espléndida incursión narrativa en la autodenominada cultura popular y en la mitología urbana a través de un peculiar protagonista, una estrella del rock nacional que acomete el proyecto de reconstruir su memoria personal en un nuevo proyecto discográfico.

Ese protagonista, Carlos Jesús Adán Arroyo, nacido significativamente  en 1968, fundador y vocalista de la banda Almas Sin Konciencia, hace un ajuste de cuentas con el pasado de la movida, con los Rolling y los Beatles en una novela que tiene como banda sonora el rock nacional e internacional, David Bowie, el whisky y los orfidales, Gabinete Caligari y Bruce Springsteen, Bunbury y Los planetas. Carlos J. y el rock que lo levanta y lo destruye a través de una relación bipolar de amor y odio con la música y con su propia identidad.

Santos Domínguez

25/1/16

Baroja. Los caprichos de la suerte



Pío Baroja.
Los caprichos de la suerte.
Nota preliminar de José-Carlos Mainer.
Edición de Ernesto Viamonte Lucientes.
Espasa. Barcelona, 2015.

Espasa publica la última novela inédita de Baroja, Los caprichos de la suerte, que forma parte de una trilogía novelística -Las saturnales- dedicada a la guerra civil española por un Baroja que estaba ya en la última vuelta del camino, como dijo en el título de sus imprescindibles memorias.

De esa trilogía que Baroja escribió entre 1949 y 1951, sólo publicó una novela, El cantor vagabundo. Por distintas razones no llegó a preparar para la imprenta las otras dos. La que debía iniciar el ciclo -Miserias de la guerra- tuvo problemas con la censura y se publicó por primera vez en 2006, y ahora, casi diez años después, en edición de Ernesto Viamonte, se rescata esta novela inédita que forma parte del ciclo de novelas cuyo título genérico hace alusión al desorden que reinaba en aquellas saturnales, unas fiestas romanas que negaban por unos días la autoridad y las leyes e instauraban un caos que Baroja veía repetido en la España de la guerra civil.

Además de ese telón de fondo, las tres novelas del ciclo están vinculadas por la aparición de algunos personajes que pasan de unas a otras, como el coronel británico Carlos Evans, escéptico y distante, o por el recurso a la técnica del manuscrito ajeno, porque en el prólogo de la obra Baroja insinúa la posibilidad de que “el que escribió este libro, medio en serio medio en broma, fue Luis Goyena y Elorrio”, el protagonista, periodista y máscara de Baroja, que recrea su experiencia personal y sus ideas sobre la vida – “Sí, pero ¡qué se va a hacer! El hombre es malo, cruel y cobarde”- a través de la mirada de ese personaje que sale de un Madrid en guerra para instalarse en París.

Santos Domínguez

23/1/16

Cristina Peri Rossi. Los amores equivocados



Cristina Peri Rossi.
Los amores equivocados.
Menoscuarto. Palencia, 2015.

“Los lectores en el fondo son muy ingenuos. Quieren leer historias que les hagan olvidar la mediocridad de su vida cotidiana, de la rutina”, dice un personaje femenino que ha huido de Montevideo, “ciudad de múltiples aguas y vientos desbocados”, para instalarse en Barcelona en Los amores equivocados, el relato que da título al volumen de cuentos de Cristina Peri Rossi que publica Menoscuarto.

Es uno de los once relatos por los que circulan torrencialmente la vida y la literatura, la memoria y el desengaño, el deseo y el secreto, la delicadeza y la carnalidad, los encuentros inesperados, las relaciones fallidas e inolvidables, los destinos cruzados y las traiciones extraconyugales.

Recorre estos relatos intensos, elípticos y perturbadores, como un hilo conductor, lo imprevisto y lo excepcional en las variadas relaciones de pareja, con su fragilidad o su carácter explosivo.

Santos Domínguez

22/1/16

Diego Jesús Jiménez. La ciudad




Diego Jesús Jiménez. 
La ciudad.
Prólogo de Tomás Néstor Martínez.
Notas críticas de Juan Manuel Molina Damiani.
Bartleby Poesía. Madrid, 2015.

Es una vida más que pasa bajo el puente: / un hombre, escribe Diego Jesús Jiménez en el poema que sirve de pórtico a La ciudad, el libro con el que obtuvo el premio Adonais de 1964. Fue publicado hace 50 años y para conmemorar ese medio siglo Bartleby lo recupera en una magnífica edición prologada por Tomás Néstor Martínez e iluminada con las notas críticas de Juan Manuel Molina Damiani.

“Era la mía una respiración parecida a la del pájaro cuando es atrapado. [...] sientes la respiración de algo que está asfixiándote. Creo que esa es la respiración que hay en La ciudad,” escribió Diego Jesús Jiménez de este libro, profundamente unitario y articulado en cinco Rondas (del agua, de la noche, del aire, de las piedras, del hombre) que trazan, entre el tiempo y el espacio, entre la nostalgia y la reflexión, el plano de la ciudad, pero sobre todo un itinerario poético y existencial que delimita la noción de lugar del poeta y su afirmación de la conciencia personal: un hombre, sí, y acaso / una mujer sin esperanza.

Desde el desarraigo a la mirada a las raíces en busca de la identidad propia entre el agua y la piedra, entre el sueño y el recuerdo, a la temporalidad como ámbito en el que se cruzan el presente y pasado, La ciudad es un libro que se levanta sobre los cimientos de la memoria y el material que aportan las imágenes y las sombras, las presencias y los reflejos en un proceso que, como señala Tomás Néstor Martínez en su introducción, recorre “fases o etapas diversas: reflexión, contemplación y fusión.

Un proceso que va desde la sombra a la luz, desde la incertidumbre al conocimiento, desde la contemplación nostálgica a la conciencia reflexiva para convertirse, en palabras de Molina Damiani, en “un poemario capital de uno de los mejores poetas de la poesía española del siglo XX.”
Santos  Domínguez 

21/1/16

Balzac. La Comedia humana



Honoré de Balzac.
La Comedia humana.
Volumen III.
Traducción y notas de
Aurelio Garzón del Camino.
Hermida Editores. Madrid, 2015.

Hermida Editores prosigue la publicación de las Escenas de la vida privada, primera serie de La comedia humana de Balzac con el tercero de los cinco tomos que respetan el orden de la edición canónica de Charles Furne.

La mujer abandonada, El contrato de matrimonio, La Grenadière, Gobseck Modesta Mignon son las cinco novelas cortas que recoge este tomo con la traducción de Aurelio Garzón del Camino.

Como en el resto del ciclo, estas novelas de Balzac tienen su centro de interés en el lugar en donde se cruzan los individuos con la sociedad, los ideales con las reglas del juego, el idealismo con el pragmatismo. Las devastaciones del tiempo, las convenciones sociales frente a los derechos del sentimiento, el matrimonio como contrato, el amor y el interés, el deseo y el dinero aparecen aquí bajo la sutileza de la mirada de Balzac.

Y dos momentos imprescindibles en este volumen: la capacidad del autor para el paisajismo en La Grenadière y Gobseck, una de las novelas más intensas del ciclo, construida alrededor de uno de los personajes mejor acabados de toda la serie: el usurero inolvidable que da título a la obra.

Santos Domínguez

20/1/16

Andrés Trapiello. Seré duda


Andrés Trapiello.
Seré duda.
Pre-Textos. Valencia, 2015.

“Antes, de joven, creía que no había diarios buenos o malos, sino vidas mal contadas. Ahora me parece más sencillo: el problema de muchos diarios es que cuentan vidas mal vividas, y así, lee uno diarios de escritores no para aprender a escribir, sino para aprender a vivir”, escribe Andrés Trapiello en Seré duda, la decimonovena entrega de su Salón de pasos perdidos. Una novela en marcha que publica Pre-Textos.

Veinticinco años después de su inicio con El gato encerrado, se completan con este tomo casi diez mil páginas de esta sucesión de hechos, impresiones y confidencias que se van construyendo como un diario y acaban apareciendo al cabo de los años –este es el diario de 2005- con una distancia que las transforma en novelas:

“Ha dicho uno desde el primer tomo que estos libros son una novela, sólo una novela, no una novela real o unos diarios novelados, sino una novela, un relato largo, algo a lo que la gente no le dé ninguna importancia como literatura, aunque aspiro a que se la dé como algo que tiene que ver con la vida.”

Una vida siempre distinta y siempre repetida, la vida pequeña de un Madrid intrahistórico, su fisonomía urbana y humana, no demasiado distante en el fondo de la ciudad que describieron Galdós y Baroja, la pequeñez de los ambientes literarios, el Rastro y Las Viñas...

Es la vida que refleja este diario diferido o novela rememorativa que se remonta a aquel 2005 en que murió Ramón Gaya y el autor se convirtió en conferenciante-comisionista del Quijote en el cuarto centenario de la obra, y llevó la vida que cuenta aquí: vida de viajante, de bolos y pregones, entre concejales de cultura, taxistas y chóferes.

Precedido de media docena de prólogos –“Si por mí fuera, haría libros sólo de prólogos”-, este volumen toma su título de una frase frecuente entre los futbolistas que no saben si serán titulares o verán el partido desde el banquillo de los suplentes, pero desde ese enunciado resume una actitud vital afincada en la incertidumbre y alejada de las verdades absolutas.

Porque, como señala en las últimas líneas del libro, “cuanto estoy escribiendo está escrito en sueños. Mi vida es sueño. La tuya también. La única certeza.”


Santos Domínguez

19/1/16

Modiano en Letras Universales Cátedra

Patrick Modiano. 
La hierba de las noches. 
Edición de Javier Aparicio Maydeu.
Traducción de María Teresa Gallego Urrutia.
Cátedra Letras Universales. Madrid, 2015.


Cátedra Letras Universales publica la primera edición anotada en español de  una de las novelas más recientes de Patrick Modiano, La hierba de las noches, un título que apareció en 2012  y que tradujo María Teresa Gallego Urrutia en 2014.

Esa versión española es la que encontrará el lector en esta edición de la que se encargado Javier Aparicio Maydeu, que en su espléndida introducción señala que su propósito ha sido “el de tratar de convertir esta edición en una guía de lectura de Modiano con la que poder abrirse paso un lector primerizo o esporádico del escritor francés por una narrativa que esconde mucho más de lo que exhibe y que, como es sabido, entraña satisfacciones que van mucho más allá de las historias esbozadas, insinuantes e incompletas que, como paseos por la memoria y la incertidumbre, escribe con delicadeza su autor.”

El de La hierba de las noches es un Modiano en plenitud, capaz de crear una atmósfera desde las primeras líneas de la novela con su prosa envolvente y adictiva:

Pues no lo soñé. A veces me sorprendo diciendo esta frase por la calle, como si oyese la voz de otro. Una voz sin matices. Nombres que me vuelven a la cabeza, algunos rostros, algunos detalles. Y nadie ya con quien hablar de ellos. Sí que deben de quedar dos o tres testigos que están todavía vivos. Pero seguramente se les habrá olvidado todo. Y, además, uno acaba por preguntarse si hubo de verdad testigos.

No, no lo soñé. La prueba es que tengo una libreta negra repleta de notas.

Esa atmósfera modianesca -tan torpemente imitada entre sus epígonos- que difumina la frontera del sueño y la vigilia es el ámbito en el que Jean, el narrador protagonista, reconstruye un episodio borroso de su juventud y explora entre brumas la persistencia de la memoria y el deseo a través de los recuerdos laberínticos y fragmentarios de una historia de tono detectivesco.

Una elíptica reconstrucción del pasado -Todos esos detalles me vuelven a la memoria desordenados, a trompicones; a menudo se enturbia la luz- en un París nocturno y oscuro bajo una niebla que se convierte en metáfora de lo clandestino, de lo turbio y lo dicho en voz baja por personajes como la indescifrable Dannie, el poliédrico Aghamouri o el inspector Langlais, quizá el más potente y el mejor trazado de estos tres personajes centrales rodeados de misterio y dueños de un secreto que vertebra la novela.

Ambientada en los años sesenta, en torno a Montparnasse y al Unic Hôtel, La hierba de las noches es -como el título de una de las novelas de la biblioteca de una casa de campo- el relato de un hombre que se inclina sobre su pasado a través de los episodios de una vida soñada, intemporal, que le arranco, página a página, a la desabrida vida cotidiana para proporcionarle algunas sombras y algunas luces.

Santos Domínguez

18/1/16

Claudel. El ojo oye



Paul Claudel.
El ojo oye.
Traducción de Juan Ramón Ortega Ugena.
Vaso Roto. Madrid, 2015

El arte que crea, alienta y palpita titula su prólogo Juan Ramón Ortega Ugena, traductor de El ojo oye, una colección de ensayos sobre arte que Paul Claudel publicó en 1946 y que acaba de publicar en español Vaso Roto.

“Lo que espera Claudel -escribe el traductor en ese prólogo- es oír a los cuadros (...) Apoyándose en las notas que tomaba en su ubicuo Diario, Claudel desgrana las impresiones que la vista de obras pictóricas, musicales, arquitectónicas, de diferentes objetos artísticos… le provocan.”

En el primer ensayo, Introducción a la pintura holandesa, explica Claudel esa suma de sensaciones ante la pintura: entenderíamos mejor los paisajes holandeses, esos temas de contemplación, esas fuentes de silencio, que deben menos a la curiosidad que al recogimiento, si aprendiésemos a prestarles oído al mismo tiempo que por los ojos alimentamos nuestra inteligencia con ellos.

Con esa actitud meditativa, Claudel propone un recorrido por la pintura española del Greco y Velázquez, Zurbarán o Goya; hace breves exégesis de algunos cuadros de Rembrandt o Tiziano; eleva la vista a las vidrieras de las catedrales francesas de los siglos XII y XIII; recorre la catedral de Estrasburgo o se deja arrebatar por la música, porque si la pintura detiene al sol. La arquitectura petrifica la proporción y la escultura, la actitud… La música nos arrastra con ella.

Con una inusual capacidad de penetración en su mirada, con sensibilidad meditativa y silencio contemplativo, un conjunto de certeras incursiones de Claudel en busca de lo fugitivo, de lo inmaterial y de lo instantáneo.

Santos Domínguez

15/1/16

Poesía y prosa de Andrea Zanzotto


Andrea Zanzotto.
La muerta tibieza de los bosques.
Poesía selecta.
Edición de Giampiero Bucci.
Traducción de Mara Donat y Giampiero Bucci.
Vaso Roto Esenciales. Madrid, 2011.



Andrea Zanzotto.
El (necesario) mentir.
Prosa selecta.
Edición de Giampiero Bucci.
Traducción de Eduardo Montagner Anguiano 
y Giampiero Bucci.
Vaso Roto Esenciales. Madrid, 2011.

Considerado el poeta vivo más importante de las últimas décadas en Italia y poco conocido en español, Andrea Zanzotto (Treviso, 1921) aportó sus textos poéticos en dialecto véneto a películas de Fellini como E la nave va Casanova y hace unos años Vaso Roto reunió en dos volúmenes con edición de Giampiero Bucci lo más significativo de su poesía en La muerta tibieza de los bosques y su prosa en El (necesario) mentir.

Desde su primer título, Detrás del paisaje (1951), un libro ajeno al neorrealismo dominante en aquella década en Italia, hasta los poemas que dejó inéditos a su muerte en 2011, Zanzotto practicó una poesía hermética en la que la exploración del lenguaje, su poética en los límites de lo comprensible, era una vía de acceso a los dos temas sobre los que se fundamenta su escritura: el paisaje y la historia. 

Una poesía de ambiciosa creatividad lingüística que lucha contra la erosión del lenguaje discursivo y rompe con la tradición o la relee a una nueva luz experimental para comprobar la insuficiencia de la lengua para hacerla inteligible. De ahí su proximidad al balbuceo dadaísta, su gusto por los efectos fónicos, sus juegos asociativos, su actitud innovadora frente al creciente desconcierto que provoca una realidad opaca y fragmentada, inaccesible al lenguaje convencional.

“Una aventura -escribe Giampiero Bucci en el prólogo- que, por interior y discreta, no deja de ser el testimonio dramático de una lucha,” la de una poesía que socava los fundamentos de ese lenguaje y prescinde del sentido para refundarlo desde una reformulación paralela de la realidad y una nueva mirada a un paisaje concreto: “la campiña véneta, pequeño mundo de aguas y tierras que nunca dejará de ser la fuente de su inspiración” en libros como Vocativo o Meteo.

El segundo volumen, El (necesario) mentir, reúne un conjunto de textos en prosa de Zanzotto -los relatos de El altiplano y los ensayos, artículos y entrevistas de Prospecciones y balances-, traducidos por primera vez al castellano. 

Un conjunto de reflexiones sobre la mirada y el método del poeta, entre la naturaleza, la historia y el lenguaje, entre la obstinada espera y la visión onírica, o sobre la función de la poesía –la expresión más obstinada de la realidad- que iluminan el sentido de su escritura poética en los límites de la comunicación, porque -explica Zanzotto- no hay poesía que no tenga que ver con la marginación (… ) La poesía toca el margen, el límite y quizá va más allá de todo lo que se podía sospechar o prever al inicio.

Santos Domínguez



14/1/16

El universo sobre nosotros



Antonio J. Durán.
El universo sobre nosotros.
Çrítica. Barcelona, 2015.

Desde la portada, que avisa de la relación entre Don Quijote y Einstein, esas dos constelaciones, El universo sobre nosotros propone un viaje que tiende puentes entre la ciencia y las humanidades para hacer un recorrido deslumbrante por la historia de la ciencia y la literatura a través de la magia del cielo nocturno, desde la astronomía griega a Newton pasando por la Odisea y el Quijote.

Y de Newton a Einstein casi a la velocidad de la luz de la mano de Antonio J. Durán, que une a su condición científica de catedrático de análisis matemático una capacidad narrativa que se ha concretado ya en dos novelas.

En este magnífico volumen se unen esas dos capacidades, el conocimiento científico y el talante del contador de historias para llevarnos del caos al cosmos, de la coreografía astral y las danzas planetarias a los agujeros negros, desde un firmamento con fantasmas a la imagen de un universo en expansión a partir de la gran explosión.

“El propósito de este libro -explica su autor- es mostrar cómo ha cambiado el relato que la ciencia ha ido haciendo de lo que observamos en el cielo, desde la astronomía griega hasta la cosmologia actual. En cierta forma, las teorías del universo se configuran como si fueran relatos literarios” porque –añade- “se podría decir que una buena teoría científica es una colección de excelentes metáforas.”

Desde el cielo barroco del Quijote, con el que Cervantes cambió decisivamente la forma de contar el mundo, al cosmos vanguardista de la teoría de la relatividad, con la que Einstein cambió también la forma de relatar el universo sobre nosotros.

Santos Domínguez

13/1/16

Vathek y sus episodios



William Beckford. 
Vathek y sus episodios. 
Prefacio de Stéphane Mallarmé.
Edición, introducción y notas 
de Mauro Armiño.
Valdemar. Madrid, 2015.

Una traducción al español de los Episodios de Vathek, de William Beckford (1760-1844) inauguró la colección Gótica de Valdemar y ahora, a punto de llegar al número 100, se edita en versión íntegra Vathek y sus episodios con una nueva traducción de Mauro Armiño, que recorre en su introducción la compleja historia editorial y textual de este “cuento árabe sacado de un manuscrito inédito” –el viejo procedimiento del manuscrito ajeno- que Beckford escribió en francés tal vez bajo la sugestión de la versión francesa de Las Mil y una noches de Galland.

Escandaloso y extravagante precursor de Byron, Beckford tenía 21 años cuando escribió, en tres días y dos noches de enero de 1782, este texto “bajo la influencia –explica Mauro Armiño- del recuerdo de la fiesta-orgía celebrada en el castillo familiar de Fonthill durante las vacaciones de Navidad de 1781.” 

Acogido a dos tendencias muy significativas de la segunda mitad del siglo XVIII: el orientalismo y el horror gótico que anticipan ya el irracionalismo romántico y su tendencia al escapismo, Beckford demostró en Vathek y sus episodios una potente capacidad descriptiva, a la que se refería Mallarmé cuando en el Prefacio de 1876 que reproduce esta edición hablaba de la prosa de Beckford, en la que “todo fluye de manantial, con una limpidez viva, con una ondulación amplia de periodos.” 

Esa fuerza plástica se despliega especialmente en el episodio de bajada a los infiernos que se produce en el Palacio Subterráneo del Fuego, el reino demoníaco de Eblis.  

Probablemente pensaba en esas páginas Borges cuando en Otras inquisiciones escribió estas líneas en las que reconoce en el Vathek de Beckford el primer arquetipo, el prototipo, del terror gótico prerromántico:

“Hay un intraducible epíteto inglés, el epíteto uncanny, para denotar el horror sobrenatural; ese epíteto (unheimlich en alemán) es aplicable a ciertas páginas de Vathek; que yo recuerde, a ningún otro libro anterior.”

Santos Domínguez

12/1/16

La casa en los confines de la tierra



William Hope Hodgson.
La casa en los confines de la tierra.
Traducción de José Luis Piquero.
Ilustraciones de Sebastián Cabrol.
Hermida Editores. Madrid, 2015.

Espléndidamente ilustrada por Sebastián Cabrol, Hermida Editores  recupera La casa en los confines de la tierra, una novela de terror cósmico de William Hope Hodgson que apareció en 1908 y que, con traducción de José Luis Piquero, acaba de publicar en una cuidada edición que rescata uno de los títulos fundamentales del género.

Una obra con una potencia visionaria que influyó decisivamente en los relatos de Los Mitos de Cthulhu, de Lovecraft, que escribió estas líneas sobre ella en El horror sobrenatural en la literatura: "Quizá la mejor de todas las obras de Hodgson, nos habla de una casa solariega y tenebrosa en Irlanda, centro de una encrucijada de horribles fuerzas cósmicas y acosada por blasfemas monstruosidades que surgen del abismo. El peregrinaje del espiritu del protagonista a través de ilimitados años-luz de espacio cósmico y kalpas de eternidad, y su visión de la muerte del sistema solar, constituyen algo casi único en la literatura popular. Y en todas partes se manifiesta el poder del autor para sugerir vagos horrores acechantes en escenarios naturales."

Un viaje que se remonta desde el horror de los siniestros seres ocultos que acechan al protagonista hasta los confines del tiempo y el espacio en un trayecto que anticipa la ciencia ficción contemporánea y la experiencia interestelar del astronauta de Kubrick y Arthur C. Clarke en 2001. Una odisea del espacio.

Santos Domínguez

11/1/16

¿Quién robó el cerebro de JFK?


José Ramón Alonso.
¿Quién robó el cerebro de JFK?
Tiempos bélicos y Neurociencia.
Cálamo. Palencia, 2015

Arca de Darwin es el significativo título que Cálamo ha elegido para su nueva colección de divulgación científica, que inaugura ¿Quién robó el cerebro de JFK? Subtitulado Tiempos bélicos y Neurociencia, así explica José Ramón Alonso, su autor, el propósito del libro:

“Este libro quiere combinar los avances en uno de los ámbitos más novedosos y atractivos de la investigación moderna, la Neurociencia, con lo sucedido en batallas y guerras de toda la Historia universal, que aprendamos al mismo tiempo que nos divertimos. Y es que la guerra es, en palabras del maestro Pérez Reverte, «un curso acelerado, intenso y bestial, sobre lo bueno y lo malo de la condición humana».”

Porque si, como explica José Ramón Alonso, neurobiólogo y director del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, “la ciencia es la principal herramienta de progreso de la humanidad”, frente a esa conquista de la civilización no ha dejado de estar el lado oscuro de la guerra, la capacidad destructiva del hombre y sus progresos técnicos y científicos, porque a menudo la capacidad tecnológica ha inclinado la suerte de las batallas, de manera que con frecuencia las necesidades de la guerra han impulsado los avances científicos.

En esa confluencia de contradicciones se proyecta lo mejor y lo peor del hombre y de su cerebro, capaz de lo más benéfico y de lo más dañino. Y de ese punto de partida arranca el planteamiento del autor, que recorre a lo largo de 32 capítulos generosamente ilustrados la relación entre la guerra y los avances científicos: desde la batalla de Maratón y los trastornos disociativos al misterio que rodea la autopsia de JFK, pasando por las alucinatorias apariciones de Santiago en Clavijo, la mano biónica de un general romano, el gigantismo de un emperador romano de origen bárbaro, Mesiaen y el canto de los pájaros en el Cuarteto para el final de los tiempos, la muerte blanca o la guerra del opio.

Un espléndido libro de divulgación que va en cada capítulo de lo peor –la experiencia bélica- a lo mejor –el progreso científico. Un libro en el que se suceden siglos de conocimiento y autodestrucción a partir del contraste que se resumía en la primera secuencia de 2001. Una odisea del espacio con la pelea entre aquellos primates y con aquel hueso agresivo que volaba hacia arriba y hacia el futuro para convertirse en la metáfora de una nave espacial.

Santos Domínguez


9/1/16

Atlas de la España imaginaria



Julio Llamazares.
Atlas de la España imaginaria.
Fotografías de Navia.
Ilustraciones de David de las Heras.
Nórdica Libros. Madrid, 2015.


Jauja no es jauja. Jauja es un pueblo de apenas 1.000 habitantes situado en la frontera entre Córdoba y Sevilla que poco o nada se diferencia de cualquier otro de Andalucía. Nada que ver, por tanto, con el imaginario lugar que Lope de Rueda describe en La tierra de Jauja, el paraíso donde a la gente le pagaban por dormir, los árboles daban buñuelos en vez de fruta y las calles estaban pavimentadas con yemas de huevo. La Jauja cordobesa (que rivaliza con la otra Jauja, la de Perú, mayor y más conocida, por ser la verdadera del cuento) es un poblacho andaluz ni mejor ni peor que todos los de su tamaño.

Así comienza Esto es Jauja, el primero de los siete capítulos del Atlas de la España imaginaria, en el que Julio Llamazares reúne los textos que se fueron publicando en sucesivas entregas en el Magazine de La Vanguardia con las fotografías de Navia que también se recogen en un espléndido volumen ilustrado que publica Nórdica.

Un viaje por algunos de los lugares emblemáticos de la España mítica: además de a Jauja, los seis capítulos restantes viajan a Babia, Entre Pinto y Valdemoro, La ínsula Barataria, Las Batuecas, Los cerros de Úbeda y Fuenteovejuna. Lugares que existen y en los que el imaginario popular ha proyectado a través de dichos tradicionales el ensimismamiento, la duda, las ensoñaciones, la distracción, la huida dialéctica o la unidad.

Un peculiar libro de viajes en el que contrasta lo imaginario con lo real para comprobar que en Jauja la gente vive de su trabajo, que hay una Babia dulce, rica y melancólica, que entre Pinto y Valdemoro, al borde de la gran ciudad, hoy pasan miles de coches, la pobreza de Alcalá de Ebro, que en Las Batuecas viven ahora siete monjes en un convento carmelita o que los cerros de Úbeda hoy están sembrados de olivos.

Santos Domínguez

8/1/16

Rubén Martín. Sistemas inestables

Rubén Martín.
Sistemas inestables. 
Bartleby Editores. Madrid, 2015.

La mirada de nadie / en la pared. Sin dejar rastro. No: / sin dejar rostro. Ni sombra / ni residuo. Solo pared, y el infinito ahora.

Esa mirada despojada a la pared, ese mirar y no mirar desde fuera del tiempo y de sí mismo al vacío y lo blanco son el punto de partida de Sistemas inestables, el libro de Rubén Martín que publica Bartleby Editores.

Con fragmentos de diario intercalados, Sistemas inestables es un pentágono en el que se conjuran las palabras que ya no significan pero están para hacer un esfuerzo verbal de reconstruccion desde el recuerdo de un estado de disolución de la conciencia, para expresar lo inefable y hacer comprensible una experiencia irracional en la que se funden contrarios: escribir y no escribir, estar y no estar, dentro y fuera, no pensar y no ser en la sombra en la que se reúnen lo visible y lo invisible, la mente y las convalecencias de un cuerpo deshabitado de su identidad física y un lenguaje desposeído de su potencia conceptual, la ausencia de sí mismo en esa mirada de nadie ajena a la realidad y la palabra.

Frente a esa pared en blanco que se convierte en metáfora de la deconstruccion del yo, desde el miedo y el vértigo de la inconsciencia y el vacío de otros seres sin rostro, Rubén Martín recupera la conciencia del cuerpo y el lenguaje por medio del redescubrimiento del yo y de la palabra a partir de la enfermedad, el arte, el fármaco o la música como experiencias de desintegración de la identidad personal, la memoria, la percepción o el lenguaje. 

Un libro que se levanta desde la conciencia de la fractura con el mundo, con el propio yo y la ruptura del lenguaje desde la noción de tiempo y fugacidad: Respira, sigue respirando, no dejes de intercambiar, de mantener | esta máquina de voces, rostros, superficies. Pronto no habrá lugares, nada que nos persista, nada que nos | perdure, todo es tránsito: mira por vez primera estas paredes, porque será la última. Ha sido, han ido siendo hasta ser | otras. Hasta que fueron – sustituidas, arrancadas de la raíz-cimiento fluyen venas de agua muerta, noche líquida, su nombre es evicción, es purga | esta es la ley para la lepra de las casas | estamos en el centro de un espacio en que no estamos, en que no arraigamos

“Palabra que renace de sus propias cenizas para volver a arder. Incesante memoria, residuo, resto cantable: “Singbarer Rest”, en expresión de Paul Celan. Pues, en definitiva, todo libro debe arder, quedar quemado, dejar solo un residuo de fuego”, escribía Valente a propósito de la poesía de Jabès.

Y eso es en gran medida Sistemas inestables, el esfuerzo de integración desde la desintegración, la reconstrucción de la identidad y el sentido a partir de un descenso vertiginoso a otro realismo para remontar desde el vacío con otro lenguaje y otra mirada levantada con un puñado de palabras | una idea, una célula, una imagen | dime qué no has destruido, olvidado | qué queda de este cuerpo, esta escritura | en minúsculas| un tajo en el abismo, un corte transversal | el cuerpo que no es sino | esta certidumbre hecha astillas, y sin embargo – respira, sigue respirando, aún respira.


Santos Domínguez


7/1/16

Agenda Shakespeare



 Agenda 2016.
Vaso Roto Ediciones. Madrid, 2015.

Vaso Roto celebra el cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare con la publicación de una espléndida agenda ilustrada con grabados de los siglos XVIII y XIX y con doce de los textos más significativos del autor que inventó lo humano en la literatura.

Seis poetas mexicanos y seis españoles a los que el clásico de los clásicos cede su voz en doce soliloquios intensos que dan la medida de la fuerza inmortal del autor que, más que ningún otro, es sinónimo de contemporáneo. No hay más que echar un vistazo alrededor para darse cuenta de la vigencia de Shakespeare. Un mundo que sigue habitado por Macbeth y Lear, por Hamlet y por Yago. Aquellos que mejor los encarnan hoy no están en las compañías de actores, sino en la calle, en la política, en la escalera de al lado.

El mundo, el hombre y la vida según Shakespeare, cuyo teatro contiene la totalidad de la realidad: la corte y la taberna, la espada y la corona, la traición y la lealtad, la fama y la muerte, el horror y la risa, la simulación y el secreto.

Porque, como a todos los clásicos que lo son de verdad, a Shakespeare no se le acaba de leer nunca. Y por eso hay que releerlo una y otra vez.

Santos Domínguez

6/1/16

Ferlosio. Altos Estudios Eclesiásticos



Rafael Sánchez Ferlosio.
Altos Estudios Eclesiásticos (Ensayos 1)
Gramática. Narración. Diversiones.
Debate. Barcelona, 2015.

Gramática. Narración. Diversiones es el subtítulo al que se acoge el primero de los cuatro volúmenes que irán recogiendo la amplia obra ensayística de Sánchez Ferlosio, que ha empezado a publicar Debate con edición de Ignacio Echevarría.

Este primer tomo -Altos Estudios Eclesiásticos- contiene sus ensayos y artículos más relacionados con la gramática y la narratología. Desde las primeras incursiones (“Personas y animales en una fiesta de bautizo”, “Músculo y veneno” o el prólogo al Pinocho de Collodi), agrupadas en la sección Antigüedades con las dos entregas de la incompleta Las semanas del jardín o Guapo» y sus isótopos, a las Diversiones: El castellano y la Constitución o las incisivas réplicas a Lázaro Carreter en las Glosas castellanas o “Adversus Varronem”.

En el Anexo se incorporan la traducción y las notas de Memoria e informe sobre Víctor de Aveyron, de Jean Itard, que Ferlosio considera como su “mejor producto” en "La forja de un plumífero", un escrito autobiográfico que publicó en 1998, donde aparecen estas líneas que justifican el título de este volumen:

"Tras escribir El Jarama —entre octubre de 1954 y marzo de 1955—, agarré la Teoría del lenguaje, de Karl Bühler, y me sumergí en la gramática y en la anfetamina. Cuando un clérigo da lugar a algún escándalo, la discretísima Iglesia católica, experta en tales trances, lo retira rápidamente de la circulación, y al que pregunta por él, tras haber advertido su ausencia, se le contesta indefectiblemente: «Oh, el padre Ramoneda se ha recogido para dedicarse a altos estudios eclesiásticos»; a mí no me hizo falta ningún obispo que me retirase, sino que me bastó con el inmenso genio de Karl Bühler y la irresistible sugestión teórica y expositiva de su obra —y quizá algo de horror o repugnancia por el grotesco papelón del literato que, tras el éxito de El Jarama, se cernía como un cuervo sobre mi cabeza— para retirarme de la circulación y consagrarme a «altos (o bajos) estudios gramaticales» durante quince años." 

Esta preocupación no puede desvincularse de la labor creativa de Sánchez Ferlosio, porque -como explica Ignacio Echevarría- estos textos reflexivos “sirven de inmejorable puerta de acceso al conjunto de una obra cuya importancia y cuyo relieve no cesan de incrementarse con el transcurso del tiempo” y "son el más palpable testimonio de esa búsqueda, de ese empeño por ir «ensayando y errando» una lengua capaz de decir cosas nuevas de una manera nueva."

Esa nueva manera expositiva, lo que Ferlosio definía como un estilo tridimensional, acabaría siendo desde entonces el rasgo más característico de una prosa que se canaliza a través de la hipotaxis, la construcción compleja de la frase sobre la que reflexionó en un apunte -“Sobre la hipotaxis y el aliento de la lectura”- que en este volumen aparece como preliminar y que comienza así:

“La hipotaxis es muy viciosa, y conforme iba llegando a cogerle más y más el gusto, incluso cuando escribía ajeno a cualquier ánimo —consciente, por lo menos— de jugar y divertirme, se me antojaba que sólo podía decir tal o cual cosa de un modo satisfactorio, por suficientemente preciso, circunstanciado y completo, con una frase poliarticulada y de muy largo aliento. Alguna llegó a costarme una jornada entera.”

Santos Domínguez

5/1/16

Macbeth ilustrado


William Shakespeare.
Macbeth.
Ilustraciones de Raúl Arias.
Edición bilingüe.
Traducción de Luis Alberto de Cuenca
y José Fernández Bueno.
Reino de Cordelia. Madrid, 2015.

La tragedia de Macbeth, rey de Escocia es una de las obras imprescindibles de la literatura universal. Quizá no haya mejor manera de inaugurar este año conmemorativo del cuarto centenario de la muerte de Shakespeare que con esta espectacular edición bilingüe de Macbeth que ha preparado Reino de Cordelia.

Espectacular en el fondo y en la forma, en el formato y en la traducción que ha hecho en colaboración con José Fernández Bueno, Luis Alberto de Cuenca, que en su prólogo -Signifying nothing- recuerda las palabras de Jan Kott en su memorable Shakespeare, nuestro contemporáneo: "La historia en Macbeth es viscosa y espesa como una sopa de sangre."

Y a esa percepción responden las violentas ilustraciones de Raúl Arias, con una paleta que a veces parece untada en sangre, como el trono que Macbeth consigue tras una espiral de asesinatos. Trono de sangre se titula certeramente la adaptación al cine que dirigió Akira Kurosawa en 1957.

Es la tragedia más breve y más intensa de Shakespeare y la que mejor responde a los planteamientos de la normativa clásica del género. Su protagonista, además de ambicioso, es un juguete en manos del destino, sometido primero a los augurios de las tres brujas -el error como desencadenante de la tragedia, ya lo señaló Aristóteles-, a la ambición calculadora de Lady Macbeth y a la carcoma interior de los remordimientos.

La traducción en verso, en ritmos castellanos (endecasílabos o alejandrinos), mantiene la altura deslumbrante del original y se complementa con unas cuantas notas al margen que aclaran el sentido del texto, aunque, como señala Luis Alberto de Cuenca, "leer Macbeth es de por sí una fiesta inolvidable que no precisa de ninguna exégesis."

Santos Domínguez

4/1/16

Los eruditos tienen miedo



José Luis Rey.
Los eruditos tienen miedo
(Espíritu y lenguaje en poesía).
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2015.

Espíritu y lenguaje en poesía subtitula José Luis Rey la asombrosa reunión de casi un centenar de ensayos breves que ha escrito "en alabanza de la poesía y por amor a los poetas que me han acompañado siempre" y en los que desarrolla su “propia visión del hecho poético: la poesía concebida como la más alta creación del espíritu, por encima del lenguaje.” 

Y ese es el eje fundamental que vertebra estos ensayos: una inmersión en el mundo poético de los autores, en su espíritu y en su lenguaje, para llegar a una conclusión que de alguna manera estaba en su punto de partida: que “la poesía debe ser espíritu antes que palabra, esencia del decir antes que piedra megalítica de lo dicho.

Juan Ramón Jiménez, inicio y coda de este libro, su alfa y su omega, “en pie hasta el fin”; Rimbaud, “el golfillo del lenguaje”, huyendo siempre hacia adelante; Emily Dickinson, cuya vida “fue un contraerse, volcarse hacia dentro, hacia lo más hondo”; Wallace Stevens y su poesía genesíaca con la que fundó otro mundo; Ungaretti en medio de una noche invernal; Rilke –“¿qué poeta hubo más vivo que él?”-; Dylan Thomas, “ebrio de vida”; García Lorca en busca de otra mano herida; Hölderlin desterrado del cielo; Leopardi, “el poeta del paso fugaz del presente, de la demolición de los sueños”; Shelley, sumergido “en el misterio insondable del mundo” o Claudio Rodríguez en “el paraíso de la epifanía verbal.”

Esos son algunos de los nombres que habitan este libro luminoso y lleno de revelaciones, una casa de la poesía generosa en ventanas y pasadizos que comunican a unos poetas con otros en una transparente geometría creativa. 

“El hombre no creador –escribe José Luis Rey-, el que puede llegar a saberlo todo sin haber hecho nada, es ‘el erudito de una vela’, que se acerca para ver el brillo del Ártico rodeándolo. Los eruditos tienen miedo. Y la viva creación los tortura para siempre.” 

Y no sólo lo dice, lo demuestra: porque, a medio camino entre el lenguaje del ensayo y la prosa poética, con una inusual intensidad de la frase, cargada de sentido y de matices, con un lenguaje no analítico, sino creativo, quizá el único que da acceso a la comprensión de la poesía, cada uno de estos textos aporta al lector en poco más de dos páginas un conocimiento más valioso que la mayoría de los sesudos ensayos académicos de los eruditos a la violeta.

Santos Domínguez

1/1/16

Apoptosis


Lidia Gómez Pérez.
Apoptosis.
Prólogo de Ana Martín Puigpelat.
Legados Ediciones. Madrid, 2015.

Los libros son tan fieros como la vida,
se pudren,
rebosando placenta y miembros mutilados. 
El temblor es la lengua de los vivos, 
un horizonte abierto que desgasta. 

Descubrimos que había un diente de ratón 
y letrinas llenas de cerraduras.
Por fin todo lo inmundo reposa allí,
entre el follaje, 
y la córnea es de nieve y narcisos muriendo. 
Al otro lado el sol,
como todo lo bello
se esconde siempre al otro lado.

Discursivos o elípticos, arriesgados en su intensidad emocional y desobedientes en su potencia expresiva, los poemas de Apoptosis, que publica Legados Ediciones, revelan la voz de una autora consciente del valor de las palabras y de su lugar de luz frente a la sombra.

Desde esa conciencia de la capacidad sanadora de la palabra, los textos de Lidia Gómez Pérez cierran cicatrices sobre la herida de un futuro que nace sin raíces. Coexisten en ellos la muerte y la vida como confluencias de la memoria y la mirada en un viaje hacia ese otro lado donde se esconde el sol. 

En los textos de Apoptosis, que reconstruyen el viaje desde la pena que urden los poemas de la primera parte a la claridad que sabe a tiempo nuevo de la tercera, caben el mundo y sus aristas, la vida entera y la capacidad poética de quien abre los ojos para ver la noche todavía o los tiende para estrenar la vida.

Santos Domínguez

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