10/3/16

Joan Margarit. La sombra del otro mar


Joan Margarit.
La sombra del otro mar.
Edición bilingüe.
Ilustraciones de Josep M. Subirachs.
Selección, versiones castellanas 
y prólogo de Joan Margarit.
Nørdicalibros. Madrid, 2016.

Cuesta entender la vida, no la muerte.
La muerte nunca encierra enigma alguno.

Con esos dos versos cierra Joan Margarit Paisaje de La Conca, uno de los dieciocho poemas que él mismo ha seleccionado y puesto en versión española en La sombra del otro mar, que publica Nórdica Libros en edición bilingüe y con ilustraciones de Josep Maria Subirachs, al que evoca en el prólogo como “el gran escultor y amigo que ahora añoro, el hombre que más fe tuvo en mí como poeta.”

A él le dedica Infierno, el poema que abre la antología:

Imagina una noche de verano
junto al mar, entre sábanas tendidas,
la luna traspasando barandas en el patio,
y sombras de alambradas en la piel
para escribir la música de un sueño.
Imagina las islas con olivos,
sus colinas de mármoles y muerte
donde Leonardo reina, condenado
por un matiz de rojo que jamás consiguió.

Suma de poesía y pintura, se conjugan en este volumen primorosamente editado la deslumbrante fuerza plástica de una obra pictórica de la que dejan estas páginas una amplia muestra y la palabra potente del poeta, que ha seleccionado para esta antología breve e intensa una muestra relevante de textos en los que se concentra la esencia de su mundo poético y vital.

La intensidad poética y emocional de estos dieciocho textos se sostiene sobre la fuerza de su evocación, sobre la memoria que ha destacado en sus ensayos sobre poesía como “el lugar donde he buscado mis poemas”, sobre la convicción de que “la poesía es una herramienta para gestionar el dolor y la felicidad y, sobre todo sus vertientes más domésticas, la tristeza y la alegría, una gestión de la que depende lo que se guarda de la vida pasada.”

El amor y la muerte, el tiempo y la memoria, la historia o la ciudad, que son los ejes fundamentales de la obra poética de Margarit, recorren estas páginas, que levantan las arquitecturas de la memoria con las que tituló otra antología.

Levantada sobre los sólidos cimientos de la memoria y elaborada con precisión constructiva, con exigencia verbal y hondura reflexiva, una poesía imprescindible y a menudo elegiaca, una forma de conocimiento y de consuelo frente a las devastaciones del tiempo, porque, como escribió en Casa de Misericordia, uno de sus poemas más descarnados,

No hay nada más. La poesía es hoy 
la última casa de misericordia 

Santos Domínguez