2/5/16

Guía del lector del Quijote



Salvador de Madariaga.
Guía del lector del Quijote.
Stella Maris. Barcelona, 2016.

La editorial Stella Maris, que acaba de publicar tres espléndidos estudios sobre Shakespeare, se suma al año cervantino con la recuperación de un libro esencial en la bibliografía sobre el Quijote: la Guía del lector del Quijote, de Salvador de Madariaga, que apareció en 1926, muy poco después de ese otro hito ineludible que es El pensamiento de Cervantes, de Américo Castro.

Dos títulos de dos novecentistas que miraban al horizonte europeo y abrieron con sus ensayos decisivos el camino a la lectura contemporánea del Quijote y de Cervantes como dueño de su escritura frente a la tradición del genio inconsciente desbordado por su creación.

La aportación más importante de Madariaga en este libro es el análisis psicológico de los protagonistas como personajes individualizados, profundos y cambiantes, y no como entes simbólicos opuestos, como meros  representantes del realismo materialista y del idealismo imaginativo.

Y partiendo de ese análisis, Madariaga funda el concepto de quijotización de Sancho, un personaje en creciente movimiento de ascensión que le acerca a la configuración moral de Don Quijote y la inversa sanchificación de Don Quijote en un proceso dialéctico de ósmosis en el que es fundamental el valor humano del diálogo, que le da a la novela profundidad y sentido de lo humano

Pero además de esa contribución a los estudios sobre el Quijote, Madariaga dirige en este libro su mirada a la doble condición de Cervantes como crítico y como creador, de lector y novelista que tiene una actitud matizada ante los libros de caballerías, y hace un análisis luminoso de la figura de Dorotea, "hija predilecta" de Cervantes, de  la cobardía de Cardenio o del episodio de la Cueva de Montesinos, que ocupa un lugar central en ese proceso de quijotización de Sancho y de sanchificación de Don Quijote:

“Deshelados de la rigidez simplista que los presenta como dos figuras de antitética simetría, don Quijote y Sancho adquieren a los ojos del observador atento la movilidad vital y humana que heredaron de su humanísimo padre y creador. Circula por todos sus actos la misma jugosa savia cervantina que los hermana. Y así, interpenetrados por un mismo espíritu, se van aproximando gradualmente, mutuamente atrayendo, por virtud de una interinfluencia lenta y segura que es, en su inspiración como en su desarrollo, el mayor encanto y el más hondo acierto del libro.”

Un proceso de influencia y transformación mutua en el que el crecimiento de Sancho como personaje es paralelo al decaimiento de Don Quijote, a un progresivo desencanto que se manifiesta en el “humorismo de tranquila desilusión” que alude Madariaga, que destaca como el rasgo esencial de la maestría de Cervantes la sutileza con la que fija la evolución de esos dos personajes, no opuestos sino complementarios.

Esta Guía del lector del Quijote surgió del desarrollo textual de unas conferencias de Madariaga en Cambridge. Tal vez por eso, las ilustraciones que contiene esta edición son las de distintas ediciones inglesas. 

Santos Domínguez